La propuesta



Doblemente sospechosa resulta la promesa o compromiso que hizo el priista Alejandro González, mi tocayo, a los habitantes de la colonia Las Aguilillas en eso de renovar al cuerpo de la policía municipal, que entre otras acciones incluiría volver a separar las corporaciones de Tránsito y Seguridad Pública y “correr” a todos los elementos que sean malos, premiar a los buenos y contratar más.

O a menos que el que esto escribe haya entendido mal lo que prometió González Álvarez y lo esté mal interpretando, me parece que el que le recomendó dicho compromiso al priista, peca de malintencionado o ingenuo y quien no esté muy al tanto de los temas de seguridad a nivel nacional pues fácilmente comprará dicha propuesta electoral, sean los habitantes o hasta los mismos políticos en campaña.

Respecto a la unión de Tránsito y Policía Municipal, la principal razón que dieron las actuales autoridades para dicha fusión fue el argumento de la falta de elementos suficientes para patrullar las calles de Tepa y ante la cada vez más difícil encomienda de contratar nuevos oficiales, se había decidido que los de Vialidad le entraran también a combatir a la delincuencia (cambio que algunos no aceptaron y mejor renunciaron).

La fusión de las dos corporaciones no fue quizá lo más recomendable, pero fue casi lo único que se pudo hacer; aparte de la desbandada de “tránsitos” que se dio antes de la unión, los exámenes de confianza han dado de baja a otros tantos elementos, sin mencionar lo que costó entrenar y certificar a los nuevos policías que debieron cambiar el silbato y el bloc de multas por la pistola y las esposas y enfrentarse lo mismo que a un borrachín escandaloso que riñe en la calle que a un peligroso delincuente armado.

Otra de las consecuencias fue que la ciudad se haya quedado prácticamente sin nadie que sancione a los automovilistas.

Quizás la idea fue buena y el que se la vendió al actual alcalde Jorge González tenía la mejor de las intenciones de unir a las dos corporaciones, pero el resultado no fue del todo satisfactorio y nos quedará la duda (pero no por mucho tiempo) de si habrá sido mejor no haber hecho este cambio estructural en la seguridad pública del municipio.

Como sea, esta promesa de Alejandro es relativamente fácil de llevar a cabo, a menos que haya un impedimento legal que impida o retrase esta iniciativa.

Respecto a dar de baja a los policías “malos”, quién sabe a qué se refiera el candidato con esto. Si es correr a todos los elementos no nacidos en esta ciudad -muchos tepatitlenses nos asocian a los que somos de fuera con todo lo malo que pasa en esta ciudad-, pues ya estuvo que media corporación se quedará sin chamba; si se refiere a dar de baja a los que vinieron de otro lado y a los algunos les achacan ser los causantes de todos los males que aquejan a la seguridad, pues hubiera sido bueno que Alejandro los citara por nombre y apellido, de una vez, en vez de recurrir a muletillas ¿o no?

Y contratar a elementos tepatitlenses, que se desempeñen honestamente como policías a cambio de un buen sueldo, es más fácil decirlo que hacerlo; de hecho es lo que busca la actual corporación y hasta ahora no ha podido llevarlo a cabo como se quisiera.

Un policía actualmente se da o es dado de baja por muchas razones: por tener nexos con grupos criminales, por no estar apto físicamente para el puesto, por recibir agresiones o hasta la muerte por parte de personas armadas, amenazas de dichas organizaciones delicuenciales o el famoso examen de control de confianza, que pese a que no ha demostrado su efectividad para depurar los cuerpos de seguridad, lo exige el gobierno federal para decidir si alguien continua como oficial o es su intención pertenecer a una de las corporaciones.

Es verdad que en Tepa hay elementos prepotentes y posiblemente ligados a actividades ilícitas y que desgraciadamente un certificado de control de confianza les permite seguir trabajando y por otro lado hubo oficiales de conducta intachable que por esta misma razón del examen quedaron impedidos de servir a la comunidad. Pero de esto no tiene toda la culpa la autoridad local; todo es parte de un sistema que todavía necesita perfeccionarse y la ciudadanía debe buscar otros medios para exigir que sean destituidos los malos policías, no nos queda de otra.

En suma, no es fácil de cumplir la propuesta de Alejandro y alguien debería hacérselo notar en caso de que él desconociera esto. Repito, hubo mala intención o ignorancia en quien ideó esto de cambiar a la policía, correr a los elementos que no sean de confianza y lo más difícil e ilegítimo de todo: correr a los de fuera y contratar a “puro de aquí”.


Y decíamos que es doblemente sospechoso, por un lado la propuesta de algo difícil de cumplir, que se haría a medias en el mejor de los casos y por el otro, decirlo ante los habitantes de Las Aguilillas, que es un segmento de población apetecible por la cantidad de sufragios que representa, también es prometer a una colonia donde operan varios distribuidores de droga y hasta hechos violentos y de muerte relacionados con lo mismo se han suscitado, que ya no estarán los policías que antes los combatían y hostigaban. ¿Cómo habrán recibido los capos y mini narcos de esta colonia esta noticia? ¿Irán a votar por Alejandro y una corporación de seguridad que los deje trabajar a gusto?

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