Una fiesta muy actual y significativa: Pentecostés


Por Oscar Maldonado Villalpando

Es como el nacer de la Iglesia, el principio de todo, la puesta en práctica del proyecto espiritual de Jesucristo.

Y este cántico describe y encierra la vida de la Iglesia, ahí se consideran las necesidades de los fieles y la asistencia perenne del Espíritu Santo; ya Jesús lo había prometido como el Consolador. 

Por eso se canta así:
Ven, Dios, Espíritu Santo,
y envíanos desde el cielo
tu luz, para iluminarnos.

Ven ya, padre de los pobres,
luz que penetra en las almas,
dador de todos los dones.
 
Fuente de todo consuelo,
amable huésped del alma,
paz en las horas de duelo.

Eres pausa en el trabajo;
brisa en un clima de fuego;
consuelo, en medio del llanto.

Ven, luz santificadora,
y entra hasta el fondo del alma
de todos los que te adoran.

Sin tu inspiración divina
los hombres nada podemos
y el pecado nos domina.

Lava nuestras inmundicias,
fecunda nuestros desiertos
y cura nuestras heridas.

Doblega nuestra soberbia,
calienta nuestra frialdad,
endereza nuestras sendas.

Concede a aquellos que
ponen en ti su fe y su confianza
tus siete sagrados dones.

Danos virtudes y méritos,
danos una buena muerte
Y contigo el gozo eterno.


Amén.

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