Cómplices



¿Y el que le jala la pata..?

 De pronto el tema de los robos a casa habitación hizo tronar la ira de los ciudadanos de Tepatitlán.

 El enfoque se dirigió hacia el alcalde de Tepa, por ser la máxima autoridad. Contra la Policía por su tardanza en llegar al lugar de los hechos y por el “sospechosismo” que se le achaca en estos temas y, contra la Fiscalía, por hacer tortuosa la presentación de denuncias formales, bajo los nuevos o viejos formatos.

 En esta serie de sospechas que levantamos como sociedad, hemos perdido de vista una actividad económica boyante, que llegó a casi todas las ciudades en los últimos años y que, debiera ponerse más atención a sus operaciones.

 El tema de los robos, sean a casa habitación o a negocios o a interior de autos, hay qué seguirle el hilo a los acontecimientos para entender cómo podrían estar operando los malandrines.

 ¿Para qué quiere un ratero las joyas, las pantallas, los estéreos? - Para venderlos.

¿Quién compraría joyas usadas, pantallas o estéreos usados? –Cualquier persona que busque “ahorrarse una lanita” en su intención de adquirir bienes muebles o artículos de entretenimiento.

 Curiosamente, en la dinámica más reciente de la economía municipal de Tepatitlán –o cualquier otro municipio-, proliferaron las casas de empeño, los centros de acopio de reciclables o las conocidas chatarreras.

 Es responsabilidad de la Fiscalía (Gobierno del Estado) investigar los robos.

 Es responsabilidad del Municipio, a través de Padrón y Licencias, otorgar un permiso para que opere un negocio en la ciudad. Es responsabilidad del Ayuntamiento vigilar que operen correctamente los negocios, porque tienen inspectores de bares a donde no deben entrar menores de edad, y sancionan a quienes permiten el ingreso a esos lugares y máxime si están bebiendo alcohol. ¿Por qué no pueden investigar la procedencia de lo que se vende en chatarreras o casas de empeño?, es una muy buena pregunta a la que, difícilmente autoridad alguna le entraría.

 Si el Municipio permite la venta de Piratería, si se permite la venta de mercancías sin los requisitos fiscales obligatorios, si se toleran los negocios de “compra-venta” de joyas sin regulación. Ahí la autoridad municipal, al margen de partidos políticos, está cometiendo una gran omisión contra la tranquilidad de los habitantes.

 Al no regular, controlar, verificar a las casas de empeño, a los chaterreros, a esas negociaciones de bienes sin el menor rigor legal de la procedencia o la propiedad, ahí las autoridades, las locales, los diputados y el Estado es omiso, cómplice o permisivo con la delincuencia.

 Y no se culpa a quienes buscan hacer negocios lícitos, no se trata de amarrar navajas contra quien cumpla las normas y leyes. Se trata de ir cerrando los círculos viciosos que como sociedad hemos tolerado, permitido o hasta impulsado con la errónea idea de que hay que generar empleo a como dé lugar.

 ¿Cuántas joyas, cuántos estéreos, cuántas pantallas o reproductores de video que fueron robados en nuestras casas o autos, no están ahora siendo exhibidos en esas casas de empeño?

¿Y si comenzáramos a cerrar la puerta al comercio ilegal de joyas?, ¿y si se transparentase la operación de las casas de empeño?, ¿Y si así cerrásemos una puerta de posible comercio de objetos de procedencia dudosa?

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