Una gran marcha por los niños, la vida y la familia


• El sábado pasado los católicos hicieron una hermosa caminata

Por Oscar Maldonado Villalpando
  
Sin mucho aparato y gran preparación, la idea se fue difundiendo y fue bien recibida: una marcha pacífica, una salida para manifestar el propio pensamiento y el estilo de vida.

¡Ha habido tantas marchas! Todos salen, protestan, exigen. Hoy las personas del pueblo sencillo tuvieron a bien, vieron conveniente que proclamar que hay valores muy grandes que dan sentido a la vida y al mundo.

En un primer momento, al parecer, el mismo Cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, expresó, ante las últimas reformas contrarias a la enseñanza de la Iglesia, podrían manifestarse enviando cartas y mensajes al Congreso. Que salir a las calles podría ser algo que no tuviera respuesta o no estuviera a la altura de lo que debiera ser.

Grupos católicos empezaron a proponer una marcha así, para el sábado 25 a las 4 de la tarde desde la glorieta Minerva hasta la Avenida Chapultepec y Niños Héroes. En las barriadas y en las parroquias se fue anunciando. Y así las personas, de esa calidad, partidarias de la vida, del respeto a los niños, al matrimonio y a la familia, se entusiasmaron.

La caminata fue muy participativa y se hizo en familia y con la única consigna de manifestar su propio criterio ante las autoridades que seguramente piensan en descubrir cosas sabias y nuevas, para imponerlas a la generalidad. Cada persona es libre y nadie rebate eso, pero si las minorías necesitan respeto y lo piden, no es menos la voluntad de una gran multitud que está formada de muchas, muchas minorías, muchas familias, muchas comunidades y muchas parroquias, por ejemplo.

No es sano y cuerdo, que por unos, se sancione, se califique y se margine a todas las personas, no es justo que se discrimine a la mayoría. Seguramente son mentes enfermas que no hilan correctamente. ¿Por qué a nombre de una minoría se van a hacer planteamientos agresivos a la comunidad? Como no decir su gusto, no confesar su fe, no manifestar su propia preferencia. Esta técnica de voltear la botella no es lo mejor ni lo ideal.

A una persona le basta con que se le respete, pero no que se asocie para agredir, como esos grupos perniciosos y malévolos. En ese caso la justicia se vuelve unilateral. Para dejar que tú pienses como quieres, castigo a la mayoría para no dejarla pensar y vivir como es su elección. En lo mismo que se dice se contradice y se opone. Hasta al puro ver se ve. Y la gente más sencilla encuentra la vaciedad de tales argumentos y leyes. Está claro que nadie está quemando brujas.

Es triste que los elegidos con el pueblo a base de propuestas mentirosas, se ponga a inventar una nueva vida en lugar de respetar el pensamiento de quien lo elige. Ese es el fin, no se trata de hacer trama a los electores con “sabidurías” sacadas de la manga. El voto es para procurar el progreso no para meterse en la casa y en la cama de toda persona que tiene el sublime derecho a su intimidad, a ser respetado.

Vemos como viven los delincuentes, como los gobiernos son ineficaces en la seguridad. En lugar de mejorar economía, calles, policías, van a tiranizar la familia. El trabajador con dificultades sostiene su familia, el gobernante se mete a enseñar a esa familia, para que mañana los hijos menosprecien a sus padres con “ideas nuevas” por anticuados y pasados de moda.

Une hermosa peregrinación por esta parte de la ciudad

Las calles se volvieron blancas, la gran multitud iba de blanco, llevaban en sus manos globos blancos y color rosa. Frente al templete se proclamaron lo fines de la marcha: Los niños, La Familia, el matrimonio entre hombre y la mujer, no al aborto, sí al derecho a la educación de los niños por parte de sus padres que los reciben de Dios y que desgastan su vida por ellos.

Muchos países modernos, progresistas no miden su grandeza por leyes de esta naturaleza, ojalá nuestro país, respetando a todos, también luche por el bien común la estabilidad de la economía, la confianza para mantener el dólar en un precio adecuado, no a la gasolina más cara del mundo, no a los impuestos a los más pobres.

Se puede calificar de buena esta marcha que se desarrolló como una fiesta ciudadana. Según informaciones confiables, la multitud ascendió a más de 80 mil personas, con toda su familia.

¡Felicidades!

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