El medio ambiente


 No cabe duda que las palabras tienen diferentes significados, de acuerdo a las experiencias que cada uno haya registrado en su vida.

 Por ejemplo, para los vecinos que viven atrás de Los Viveros, en Tepa, urge que las autoridades mejoren el ambiente porque ya no saben qué hacer con las granjas de puercos que ahí se tienen y que provocan malos olores, moscas y sarpullido a los niños.

 Hay que preguntarles a quienes viven en Los Adobes o en Los Arroyos para conocer cómo sobrevivir con pestilentes olores del río Tepatitlán por décadas y sin que haya autoridad alguna que les mejore el ambiente, el entorno.

 Y para los que viven en zonas “altas” de la ciudad, para ellos, también hay temas de mejoramiento ambiental. Ahí no se padecen los malolientes ríos o arroyos, pero qué tal las quemazones de pastizales y potreros, como en los Jardines (Oriente, de Tepa y de la Rivera).

 O las ladrilleras que humean a Las Aguilillas, a San Carlos y a San Jorge.

 Y qué decir de la plaga de ratas de dos patas de zonas como El Pedregal y Juan Pablo II o El Molino.

Y para que no se escapen, los del rumbo de Popotes o Las Colonias, con los olores a gallina quemada.

 En fin, esos son los temas del diario en la cabecera municipal.

 Y podríamos seguirle con las delegaciones donde no existe un sistema de tratamiento de aguas residuales y corren a cielo abierto para dónde sea. Con la costosa excepción de Capilla de Guadalupe.

 Y para rematar, pues podríamos mencionar otros ejemplos de rancherías a donde no solo se lleva escombro, hay granjas sin manejos adecuados de excretas, sino que hasta allá llegan los animales muertos que ya no se quieren en domicilios “urbanos”.

 Bueno, la lista pareciera interminable. Todo ello bajo el rubro o el área del Medio Ambiente.


 Si el lector es observador, habráse dado cuenta que, en la ciudad de Tepatitlán, desde hace varias semanas se percibe, a simple vista, una densa capa de nube grisácea o amarillenta. Los conocedores dicen que es contaminación, otros lo vemos como algo “común”.

 Pero las autoridades encargadas de atender el tema del medio ambiente en el municipio han estado tan ausentes (no sólo los naranjas, también los de otras “ideologías”).

 Para el ciudadano común de Tepatitlán hablar del ambiente es sinónimo de contaminación.


 Para las autoridades, hablar de ambiente es subir fotos al Facebook, ir a las fiestas, viajar a cualquier población o a la playa. Llevar la representación municipal al extranjero. Eso, eso es estar de ambiente y si ha de atenderse el tema, pues, con unas cubas, unos cigarrillos y –por supuesto- los cuates, para que mejore el ambiente… ¿o no?

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