Vaya para Ustedes el saludo semanal de costumbre
El ambulantaje es un asunto que le ha quitado el sueño a varios Presidentes Municipales de Arandas y con toda la razón. Ha venido creciendo sin control invadiendo espacios y calles del centro histórico de Arandas convirtiendo el tianguis dominical en una zona de alto riesgo en caso de un incendio, un accidente o un evento cualquiera que amerite la intervención de la seguridad pública o de los cuerpos de salud o emergencia.
A este elemento, podemos agregarle la inconformidad de los comerciantes instalados permanentemente con locales ubicados en las calles ocupadas los domingos por los tianguistas, pues los primeros aducen y con razón, que pagan renta, impuestos, luz, agua y tienen inversiones cuantiosas para explotar sus locales, pero todos los domingos les llega la competencia que consideran desleal con los puestos temporales que ese día les compiten en forma desigual.
Sin embargo, todos, Autoridades y quejosos, reconocen la necesidad que tienen los tianguistas de llevar el pan a su familia. De ejercer una actividad comercial lícita que les permita tener ingresos para sacar adelante sus necesidades más apremiantes de alimento y vestido.
O sea que no es un asunto fácil de resolver obviamente, pues se entra en el mundo de las razones de unos y otros, muy válidas por cierto. Sin embargo, es ahí en donde se tiene pensado que el problema podría solucionarse o por lo menos minimizarse con la inauguración del mercado grande y el pequeño que se encuentran uno frente al otro.
El acomodo en ese lugar de muchos de los tianguistas, por no decir que todos porque probablemente no quepan, es una alternativa que podría manejarse con imaginación, inteligencia y con la aportación del sentido común de todas las partes involucradas.
Y es que es muy lamentable ver en lo que se convierte el centro histórico de Arandas los domingos o fechas festivas como Diciembre o Febrero, pues la vista que ofrecen los puestos, la mayoría dispares, es de dar pena, según opiniones de turistas y visitantes locales que viven en otros lados y que les ha tocado recorrer el centro histórico en esos días.
De ahí la urgencia de continuar con las gestiones para hacer posible la llegada del presupuesto necesario para concluir las obras de los Mercados y entonces acomodar al mayor número de comerciantes dentro de los mismos para evitar la ocupación de las calles del centro.
Ya se tiene una experiencia cuando, cada 15 días, los sábados se instala el tianguis en las instalaciones del núcleo de la feria a donde la gente acude, de tal suerte que con algo de voluntad, tal vez los que no cupieran en los mercados, podrían ser acomodados en dicho núcleo, pues además de todo se reconoce que el mismo ya es insuficiente para albergar todas las actividades de la Feria de Enero, por lo que encontrando otro terreno en donde hacerla, siendo propio, lo puede utilizar el Municipio para adaptarlo a las necesidades de los tianguistas y permitirles entonces trabajar ahí previos acuerdos convenientes para todos.
El obstáculo, sin lugar a dudas, en este momento es la cuestión económica. Los recortes presupuestales y faltas de apoyos por parte del Estado y la Federación, no hacen viable de momento el hacer tales movimientos, pero deben buscarse alternativas para solucionar de una vez por todas esa fea imagen que se le da al turismo.
En ninguna otra población de Los Altos de Jalisco, se hace un bloqueo tan amplio de las calles para permitir el comercio. Se han encontrado opciones y soluciones mejores que disminuyan la inconformidad y molestias de los que se sienten afectados, no veo por qué no podría hacerse también en Arandas en su momento y con la conformidad de los involucrados. Si queremos a Arandas, hay que demostrarlo con hechos, no con palabras por parte de los comerciantes cuya voluntad y participación obviamente que es necesaria y conveniente.
Otras ideas, opiniones y propuestas, podrían surgir por parte de los sectores sociales de este Municipio para encontrar la solución a este problema que aqueja al Centro Histórico de Arandas y su imagen.
Nos leeremos en la próxima entrega.
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