La calabaza y el roble


Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com

Un padre fue a inscribir a su hijo en una bien conocida universidad. Al leer el plan de estudios de la institución, preguntó al Director:

– ¿Tiene que tomar todos estos cursos mi hijo? ¿No puede usted reducirlos un poco? Él quiere terminar pronto.

Y el Director respondió:

–Por supuesto que puede tomar un curso corto, pero todo depende de lo que él quiera llegar a ser.


Cuando Dios quiere hacer un roble, lo hace en veinte años; pero, en cambio, sólo necesita dos meses para hacer una calabaza.

Reducir el esfuerzo, facilitar las cosas, elegir lo más sencillo, buscar aquello que supone menos fatiga, todo eso prefieren las personas que tal vez sean pusilánimes, tibias y con pobres proyectos para el futuro pero que lo único que consiguen son resultados muy pobres.

En cambio quienes desean conseguir algo mejor y llegar a ser personas brillantes necesitan poner mucho empeño y dedicación a lo que realizan.

Necesitan tiempo suficiente, pues no bastan unos cuantos días, ni unos cuantos meses, sino largos años dedicados con esfuerzo y dedicación.


Que Dios nos conceda ser empeñosos y perseverantes en todas las obras buenas que emprendamos.

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