La Hidalgo, símbolo de la corrupción



La calle principal de Tepatitlán -que como en muchos otros pueblos y ciudades de nuestro país se llama Miguel Hidalgo- es además el símbolo de la corrupción y la ineptitud de autoridades locales.

Yo no sé si a usted que conduce algún vehículo por las calles de Tepatitlán le pase lo mismo que a mí, que desde hace más de un año, 16 meses más o menos, cada vez que me dirijo del rumbo del bulevar Anacleto González Flores hacia el centro de la ciudad por la calle Hidalgo, la encuentro cerrada al tráfico y no puedo continuar. Y me da coraje…

Primero, en septiembre del año pasado la cerraron para destruir el pavimento que había, que estaba bueno y que no había ninguna necesidad de cambiarlo, y ya no se pudo transitar por Hidalgo. Luego empezaron, no a repavimentarla porque no fue pavimento lo que pusieron, sino a colocar unas piedritas bonitas en lugar del pavimento. Seguía cerrada.

Dijeron que terminarían la obra en diciembre, o sea tres meses después y que luciría muy bonita, más angosta, con un nuevo alumbrado público, sin el horrible cablerío que cuelga por todos lados y que sería una maravilla. Pasaron seis meses y la calle seguía cerrada en marzo porque no terminaban la obra.

Ya se hacían bromas con que para peregrinar por las calles de Tepa, el Señor de la Misericordia tendría que salir del Santuario de puntitas, o por la calle de atrás, la Pedro Medina, porque la Hidalgo no tenía para cuándo, seguía cerrada. Pero no, sin ocultar el cableado, sin el nuevo alumbrado, sin banquetas en algunos tramos, la Hidalgo fue abierta a la circulación para que pasara el Patrón. Si no capaz que linchan a la autoridad.

No nos duró mucho el gusto. Pasadas las Fiestas de Abril la volvieron a cerrar para terminar la obra, cosa que finalmente no hicieron del todo, sin embargo semanas después la volvieron a abrir a la circulación, quedando finalmente angosta, fea y mal iluminada. Pero bueno, lo que queríamos era usarla ya como estuviera.

Creíamos que había terminado la pesadilla causada por la corrupción y en este caso también por la ineptitud. ¿Por qué por la corrupción? Bueno, porque en este país cada vez que llega una nueva autoridad local, lo primero que se le ocurre es remodelar el centro histórico de la ciudad. No porque esté deteriorado o feo, no importa si le gusta o no es de su agrado, si funciona o no, el único factor que se toma en cuenta es que es la forma más fácil de hacer negocio.

Se remodela el centro, se cambia el pavimento, se ponen unas luminarias más bonitas, si se puede se cambian las redes de agua y drenaje, se instalan unas nuevas y más vistosas bancas en el parque, se pinta el palacio y se informa que todo eso costó 10 millones de pesos. En realidad costó seis, los otros cuatro se los reparten entre la primera autoridad (a la que le toca la mayor parte), la segunda, la tercera (una de éstas es la Dirección de Obras Públicas) y hasta al contratista le toca su piscacha para que no raje.

¿Por qué la ineptitud?, porque a alguien se le ocurrió la pendejada, no de cambiar el pavimento por otro más resistente, que bien podría haber sido un concreto estampado para que se viera bonito (como el que hay en la misma Hidalgo entre Santos Romo y Abasolo), ni tampoco por un adoquín macizo si la idea era mejorar la imagen, sino por unas pinches piedritas, bonitas pero muy frágiles, que no sé de qué material serán pero que con el paso de vehículos se desmoronan como un polvorón.

Yo desde que vi cuando las estaban colocando, de a una por una, una por una, en líneas diagonales, bonito pues, pero sobre una cama de jal o de arena, pensé “pero a quién carajos se le ocurrió hacer eso que es tan lento, pudiendo haber colocado una capa gruesa de concreto para luego dibujarle esas figuritas encima mientras está fresco”.

Lo que iba a durar ese material acomodado así tan bonito no me lo imaginé, porque no tengo ningún conocimiento ni experiencia acerca de materiales. Hubo quién sí lo vio venir, mi amigo David que es arquitecto y que sabe de eso, dijo “ah qué pendejos, ese material ni resiste ni se puede pegar bien una pieza con la otra, no les va a durar ni madres”.

Y así fue. La “bella” obra -inconclusa porque nunca ocultaron el cableado- duró sólo dos o tres meses y se empezó a deteriorar. Las piedritas bonitas se empezaron a desmoronar y en cada bocacalle o crucero se empezaron a notar las fallas. Y a cerrar otra vez la Hidalgo para su reparación.

Al llegar a la de Pantaleón Leal, antes de pasar frente al Santuario del Señor de la Misericordia, había (o hay porque la siguen cerrando) que desviarse hacia la izquierda para seguir hasta el centro por Independencia; o una cuadra antes a la derecha para seguir por Reforma.

Y ahí sigue el problema. Se presenta una falla, cierran la calle a la circulación, la reparan y la vuelven a abrir. Se presenta otra falla, la vuelven a cerrar, la reparan y la vuelven a abrir. ¿Por cuánto tiempo más? no lo sé. La obra la hizo el gobierno municipal anterior y al actual -del mismo partido- le toca repararla.

Hay una fianza que tuvo que depositar el contratista para responder por las posibles fallas que presentara la obra, es por 806 mil pesos o algo así, pero la administración municipal actual no ha exigido que se haga efectiva, no sé si se deba a complicaciones legales o porque los de la constructora sean amigos, o por no poner en evidencia a los compañeros de partido de la administración anterior pero… ¿más evidencia que la que ven cada día los ciudadanos en las fallas y los cierres de la calle Hidalgo?

Hace más de un mes el regidor panista Rigoberto González Gutiérrez propuso en una sesión del Cabildo que se hiciera efectiva la fianza, dijo que para qué estaba gastando el Ayuntamiento en arreglar las fallas poniendo parches y más parches, que se cobrara la fianza y se le hiciera una reparación mayor.

El síndico Alfredo Padilla contestó que sí, que ya sabían que estaba por vencer el plazo para reclamar la fianza (el día último de este mes) y que ya estaban trabajando en eso. La alcaldesa Nena de Anda respaldó el informe del síndico y ahí quedó todo. Ha pasado más de un mes y no se ha hecho efectiva la fianza.

Se ve voluntad, voluntad política le llaman los políticos, en la Primera Autoridad actual y en su Síndico de que se haga lo correcto, que se cobre esa fianza (que de poco va a servir por el monto, pero algo es algo dijo el diablo, aunque sea me llevo a este calvo) y que se utilice en hacerle un arreglo mayor a la deficiente obra de tan mala calidad, que más temprano que tarde tendrá que ser pavimentada de nuevo.

No sé si lo tendrá que hacer esta Administración Municipal, pero en todo caso será un buen pretexto para remodelar el centro de la ciudad…

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