¿Tan malo es ser mexicano?




Ridícula la petición de López Obrador al Rey de España y al Vaticano, para que éstos se disculpen por las supuestas atrocidades cometidas con la población indígena de México durante la Conquista hace casi 500 años.

Eso está como aquellas personas, familias o comunidades enteras, que están peleadas con otras por cosas que hicieron los abuelos o bisabuelos hace decenas de años o más.

Por otra parte, las barbaridades cometidas en contra de los aztecas por los españoles durante la Conquista y por las que supuestamente el gobierno de México está afrentado, no eran mayores a las que los mismos aztecas sometían a otros pueblos indígenas en el país. Si a esas vamos, todo mundo tendría que pedir y ofrecer disculpas a alguien más, lo que no suena mal, al contrario, si no fuera porque todo eso sucedió hace cientos de años y dio lugar a lo que ahora conocemos como México.

El presidente de la República se “siente” ofendido por el trato que los españoles dieron a los indios. Eso sería asumir que todos somos o seguimos siendo indios, y que los que consideran ridículo pedir perdón son españoles, se sienten españoles o simpatizan con los españoles.

Ya ven que en la 4T o se está con el gobierno o se está en contra, y dependiendo del bando que uno asuma se es pueblo bueno y sabio, o fifí; progresista o conservador; honrado y honesto o mafia del poder; y ahora indio y verdadero mexicano o gachupín bárbaro y sanguinario conquistador español.

El mexicano no es indio ni español. Hay mexicanos prietos, chaparros, de facciones no muy europeas que digamos, y probablemente en su ADN haya en su mayoría genes indígenas; también hay mexicanos de piel blanca, altos o por lo menos no chaparros y posiblemente de ojos azules o verdes (como mucha gente en Los Altos).

Y están los mexicanos que no son ni lo uno ni lo otro y son medio güeros o medio prietos, de cara no muy indígena, pero tampoco europea y de estatura promedio.

Sea como sea, México y los mexicanos son una cosa distinta y muy aparte de lo que es España y de lo que fue nuestro territorio cuando era habitado por puros indígenas. No solo el apareamiento entre españoles e indios ha dado lugar a esta nueva raza que somos nosotros, la identidad mexicana ha sido moldeada por otros factores como la comida, la geografía y el contacto con otros países de este continente.

Entonces, sentirse ofendido y exigir que España pida perdón es ridículo, eso lo debieron exigir quizás Moctezuma o Cuauhtémoc en su momento, no ahora que ya ni somos aztecas (en Los Altos específicamente hubiéramos sido tecuexes o caxcanes hace unos 500 años). 

Y considerar que es una ridiculez lo anterior, tampoco significa que nos sintamos españoles o los defendamos, es simplemente un poco de cordura y razonamiento.

Pero bueno, ni a López Obrador se le está yendo la vida en esto, aunque a muchos sí, como a Jesusa Rodríguez. Lo más seguro es que esta puntada de que España pida perdón es porque no hay nada más importante, o sí hay cosas más importantes, pero que el gobierno no puede o no quiere atender o resolver.

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