Gloria a Dios en las alturas
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a obscuras,
y hoy sembrada de bombillas.
“La Fiesta” se llama la canción que canta el catalán Joan Manuel Serrat y que comienza así. Muy a propósito de los días que corren en Tepatitlán, pues justo dentro de una semana, el próximo 20 de abril (el Sábado de Gloria con el que termina la Semana Santa) darán inicio las Fiestas de Abril en esta bella ciudad. Éstas en honor al Señor de la Misericordia, la de Serrat habla de la fiesta de San Juan.
Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
verdes, blancas y amarillas.
Es típico de las fiestas de pueblo, aunque aquí les llamamos pasacalles que son una serie de trozos de papel de china en forma de triángulo pegadas una junto a la otra en un cordel, que va justamente de una casa a la casa de enfrente atravesando la calle, de ahí el nombre. Aunque para las fiestas de Tepa, en las que aún pesa bastante el aspecto religioso, son colgados además pendones con la imagen del Señor de la Misericordia, especialmente en las calles por donde se lleva a cabo el recorrido de la venerada imagen.
Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea.
Aunque La Fiesta del cantante de Barcelona describe más bien una fiesta pagana en la cual la hipocresía, que casi siempre acompaña a la religiosidad, es el tema central de la canción. ¿Qué tanto se parecen las Fiestas de Abril, las llamadas Tepabril, a La Fiesta de Joan Manuel Serrat? No son pocos los que vienen de Estados Unidos (y de aquí mismo) e emborracharse, a bailar, a contratar a la banda, a ligar, y en cambio sí son pocos, estoy seguro, los que van a visitar a su santuario al Señor de la Misericordia, o que le rezan un Padre Nuestro a su paso por el recorrido mencionado. Los que salvan el aspecto religioso de las Fiestas de Abril, son los peregrinos que caminan desde Guadalajara hasta Tepatitlán, y las personas que los apoyan-socorren durante su extenuante caminar, mis respetos para todos ellos. Los que no, mucho me temo que se parecen a los que sólo se divierten en la Fiesta de San Juan que narra Serrat.
En la noche de San Juan,
cómo comparten su pan,
su mujer y su galán,
gentes de cien mil raleas.
Pero para eso es la fiesta, según el pueblo bueno y sabio a su leal saber y entender, para ponerse como placa de tráiler, hasta atrás; algunos dicen “hasta la hernia” no sé por qué, y no se me olvida que en el sur de Veracruz usaban mucho la expresión “hasta la giganbola”, nunca supe qué cosa era una gigambola pero había en Acayucan una cantina que así se llamaba “La Gigambola”. Para ponerse hasta la madre pues -ingiriendo alcohol- para bailar, gritar, cantar y hasta para matarse en algún accidente de tránsito por manejar con exceso de velocidad. Pero en fin, bienvenidos a las fiestas.
Apurad
que allí os espero si queréis venir,
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir.
Vamos subiendo la cuesta
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.
Lo que no me gusta de las Fiestas de Abril en Tepa -que tampoco les gusta a muchas personas que aquí viven-, aunque tenemos que aguantarnos porque la fiesta es para los visitantes, no para quienes aquí vivimos, es que mucha gente aparta su lugar para ver pasar al Señor de la Misericordia colocando sillas en las banquetas con mucha anticipación, como si fueran los dueño de ese espacio, aunque me parece que esto ocurre cada vez menos, desde que en la administración municipal anterior el entonces presidente Hugo Bravo dio órdenes de que el personal de Tránsito con apoyo de la Policía recogiera esas sillas. Está bien que las pongan para que vean de cerca y a gusto los carros de El Señor, pero una hora antes cuando mucho, no desde el día anterior como acostumbraban. Esperamos que la autoridad actual, que encabeza la señora Nena de Anda, haga lo mismo y no permita esa arbitrariedad. Eso en lo que se refiere a la fiesta religiosa, los demás a la Expo, al Palenque y al Núcleo de Feria.
Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
Y sí. He ido en un par de ocasiones a la Expo Ganadera y es muy placentero. De día va uno a ver los animales, a comer, a comprar algo… y de noche no pocos se convierten en animales. Recuerdo que había (no sé si aún exista) un establecimiento a unos 30-40 metros de la entrada, llamado El Atorón, que lo era literalmente, ahí se atoraba uno porque al no caber en el interior de la cantina los que van a conbeber, se estacionan afuera y a chupar se ha dicho. Es un gentío aquello que no se puede ni pasar, si no va usted a eso, tiene que sacarles la vuelta.
Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
magreando a una muchacha.
Eso es la fiesta, supongo que aquí y en China. No he ido a China pero he estado en muchas fiestas de pueblo y en carnavales y en eso consisten, en darle rienda suelta al gusto por beber alcohol (por lo menos) y a las pasiones, en olvidarse de los problemas gastando lo que se tiene y a veces lo que no también. Y no sólo en la Ganadera y en el Núcleo de Feria, otra cosa que no me gusta pero me aguanto, es la costumbre que tienen algunas familias de cerrar su calle para ponerse, a qué cree, pues a eso, a chupar. Y hasta que el cuerpo aguanta, hasta el día siguiente si es preciso.
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Ya después viene la cruda, las deudas, los problemas de conciencia en algunos, otra vez a misa, a pedirle perdón a Dios por los excesos (porque así somos) y a la vida cotidiana. Ni modo.
Se despertó el bien y el mal,
la zorra pobre al portal,
la zorra rica al rosal,
y el avaro a las divisas.
Bienvenidos pues visitantes a las fiestas Tepabril 2019. El próximo sábado darán inicio con la coronación de la reina y la inauguración de la Expo Ganadera, y se prolongarán hasta después del Primero de Mayo. Ojalá y hubiera un bandódromo, acotado a ciertas zonas de la Ciudad, para que a los demás nos dejaran dormir; y que los cohetes que me hacen saltar de la cama, empiecen a tronar siquiera después de las 7 de la mañana. Y recuerden, ese día celebramos también la Resurrección de Jesús.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
0 Comentarios