Ya estuvo con la taladera



Por Faby G. Ontiveros

La platiquita de esta semana no va a ser acerca del ruido, pero antes de que se me olvide dejen me quejo otra vez, de que este miércoles a las 6 de la mañana en punto empezó la cohetiza. ¿De dónde? no lo sé, pero evidentemente se pasan el reglamento por el arco del triunfo.

Ya se me va a quitar el mal humor porque mientras escribo todavía es mayo, pero para cuando ustedes lean esto ya va a ser junio, y como les había contado la semana pasada no me llevo bien con mayo por el clima tan infernal, pero ahora que empiecen las lluvias se me van a calmar los nervios un poco.

Y aunque me gustaría ser zen, hay otro tema que cada vez que me entero de alguna novedad me vuelve a dar vueltas la cabeza como en el exorcista, y es la tala de árboles.

Cuando vi lo de Santa Bárbara me dio tantísimo coraje que paramos el carro en seco y me bajé a tomar las fotos que anduvieron circulando por toda la ciudad. Perdón por las letras que vienen porque no puedo mantener la calma y los buenos modales ante la estupidez humana. Los árboles no estorbaban para NI MADRES, las banquetas estaban intactas y los árboles más grandes ni siquiera estaban dentro de los terrenos para fraccionar. 

Desafortunadamente esta clase de mentalidad es muy común. En frente de mi casa, cuando todavía era un baldío, mi papá plantó 3 o 4 árboles en el espacio para la banqueta, un granado, un limón, un guayabo y otro arbolito de sombra que no recuerdo qué eran. En el espacio para la banqueta, dijo, para que cuando construyan vean que ya hasta tienen árboles, que en primavera les van a dar una frutita jugosa para el calor, porque no hay nada más concha que salir en la tarde a tu jardín y estirar la mano para comerte un durazno dulce, o cualquier fruta que la tierra generosamente te dé.

Ah, pues cuando construyeron sacaron todos los árboles para poner una banquetota. Ya sabíamos que podía pasar, es su terreno y con él pueden hacer lo que quieran, pero no dejó de darnos tristeza. Luego, cuando el vecino ocupó la casa, ahí se pasaba las tardes valiendo madre en la banqueta, con la lengua de fuera y un calorón, que le pudieron haber alivianado los árboles, pero quería banqueta.

Así ha plantado mi papá árboles por toda la colonia, y así también se los han quitado, a patadas los chiquillos que en su casa los idiotas de sus papás no les han enseñado que los árboles dan vida, o igual, para en su lugar poner banquetas. Pero eso sí, diario alguien llega a descansar bajo la sombra del durazno de mi casa o a pedir fruta, porque en nuestro jardín hay de todo. Mis papás, que son buenos y generosos sí les dan, pero si a mí me piden les toca puro cuerno, porque cuando se les ha plantado árboles en su casa los convierten en banqueta porque no los quieren cuidar, pero bien que sí quieren la fruta de los jardines vecinos por las buenas o por las malas, miren qué a gusto, ¿No se hallaron a otros más pen…?

La semana pasada nos enteramos de que Ecología taló un árbol que el Ramo 20 y 33 ya había decidido salvar en una escuela, y esta semana de que otra vez Ecología está tratando de talar unos arbolones en la calle Ayuntamiento, que porque dañan la banqueta. Yo entiendo que no todos los árboles son aptos para la ciudad, pero fuimos a ver los de Ayuntamiento a ver qué tan maltratada está la banqueta y ¡oh sorpresa! está intacta, como dice la niña: “¿Me quieres ver la cara de estúpida?” No me hagan enojar, por favor…

Es la Dirección de Ecología, por el amor de Dios y toda la corte celestial, ¿no debería estar tratando de salvar árboles en lugar de talarlos? “Pero por cada árbol que se tala hay que donar otros tantos” ¡Sí Chuy! si no nomás se trata de plantarlos, hay que cuidarlos también papá. La idea de que planten los árboles y suponiendo que se cuiden me parece perfecta, pero JAMÁS van a sustituir el oxígeno que daba un árbol de más de 50 años.

Francamente al planeta ni siquiera le queda tanto, yo no creo ni llegar a vieja con el mundo como lo tenemos, y me da rabia pensar que todavía hay gente que no se da cuenta de esto. Todavía hay personas que creen que todo esto de cuidar al medio ambiente es una moda, y pues qué mente tan limitada pero no importa, si no creen que el mundo se está muriendo y lo hacen sólo por moda no hay tos, súbanse al tren.

Si no tienen tierra para plantar árboles por lo menos cuiden los que ya hay. No los destruyan, no dejen que los niños los destruyan. No dejemos que la Dirección de Ecología haga lo que se le dé la gana y tale árboles a diestra y siniestra. Si saben de otros árboles que quieran talar, échenos un grito al inbox del 7 días y en friega hacemos un desmadre. Ya estuvo de estar pisoteando al mundo como si tuviéramos otro. Ya estuvo.

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2 Comentarios

  1. Tu artículo no tiene desperdicio. Lamentablemente ésta y muchas "Direcciones de Ecología" obedecen y sirven a todo tipo de intereses, excepto a los ecológicos. Ojalá algún día aprendamos a respirar dinero en lugar de oxigeno, de lo contrario, no nos quedará mucho tiempo de vida.

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  2. Dices la verdad y eres valiente. Ojalá existan más personas como tú en los medios de comunicación.

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