Un joven discípulo dijo a un sabio filósofo:
-Maestro, un amigo tuyo estuvo hablando mal de ti.
-Espera, le interrumpió el filósofo. ¿Ya hiciste pasar por las tres puertas lo que vas a contarme?
-¿Qué tres puertas?
-Sí, la primera es la verdad, ¿Estás seguro que es totalmente cierto lo que vas a decirme?
-No, lo oí comentar a unos vecinos.
-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda puerta, la bondad. Lo que quieres decirme ¿es bueno para alguien?
-No, al contrario.
-Y la última puerta es la necesidad, ¿es necesario que yo sepa lo que quieres contarme?
-No, no es necesario.
-Entonces, dijo el sabio sonriendo: “Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, mejor será olvidarlo para siempre”.
Oremos este día por quienes nos critican, juzgan y afligen.
Jesucristo dijo un día y hoy lo sigue repitiendo, que seremos felices si trabajamos por la paz.
Quiere decir que debemos evitar todo chisme que pueda inquietar a la persona que se lo contemos y pueda quitarle la paz de su corazón.
Lo mejor será saber callar y pedir a Dios por quienes se dedican a hacer el mal a otros, los calumnian, los difaman y andan sembrando puras enemistades y discordias.
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