Cosas de la Política



Por Jorge Gerardo Torres Venegas
Quiero iniciar esta columna, deseándoles amigos lectores del periódico 7 días un feliz año nuevo 2020, esperando se cumplan todos sus propósitos y como siempre me pongo a sus órdenes, para todos sus comentarios y sugerencias, en mi correo electrónico: jorgegerardotorres@hotmail.com y le quiero agradecer al Sr. Rafael Serrano Gutiérrez por sus comentarios positivos, sobre la sección de la semana pasada, titulada: Los Recuerdos de la Navidad”. 
En esta ocasión trataré un tema que realice el año pasado (2019) y que mucha gente me ha pedido que lo vuelva a publicar: En Recuerdo de mis Padres.
Primeramente, les comento que yo nací en una familia de Lagos de Moreno, mis padres se llamaban Pedro Torres Moreno y Beatriz Venegas Michel, tuve 8 hermanos más: Pedro Antonio quien murió en un accidente automovilístico el 1 de julio de 1996, Ana Beatriz, Jorge Ramón que falleció a los 3 años de edad de cáncer en la sangre (leucemia), luego seguí yo, después mi hermano Sergio, José Raúl, Miriam, María Concepción y Gabriela del Carmen.
Mis padres fueron personas dedicadas en cuerpo y alma a sus hijos, mi padre fue ganadero-agricultor, mi madre todo el tiempo se dedicó a nosotros (sus hijos), además éramos bastantes como para dejarnos en manos de alguien más, así que ella siempre fue una buena ama de casa. Yo los recuerdo muy seguidos, porque además de buenos padres, nos dieron educación, valores y fortaleza para salir adelante en nuestra vida, como muchos padres lo hacen con sus hijos.
Mencionando los aspectos relevantes de la vida de mi padre, estos fueron los de un hombre trabajador, buen esposo y buen padre, además era una persona que ayudó mucho a su pueblo, Lagos de Moreno, participando en obras de beneficio social, apoyos a organismos que sirven de ayuda a los demás, como los orfanatos y cuando se formó la Casa de la Cultura, mi padre también los apoyo bastante, tanto económicamente como pidiendo el apoyo de sus amigos para esta labor.
Una cuestión que también le admiré a mi padre es la manera en cómo trataba a sus trabajadores, siendo cordial y generoso tanto para pagarles bien como para apoyarlos en el aspecto moral, sus empleados lo ayudaron a consolidar su empresa denominada: AGRASISA (Agropecuaria San Isidro), empezando a trabajar en ello desde los 20 años de edad, cuando regresó de la Ciudad de México e inició primeramente con un rancho llamado San Joaquín, y años más tarde compró otro, San Isidro, al que dedicó todo su esfuerzo y lucha constante contando siempre con el respaldo de una mujer buena y dedicada a sus hijos como lo fue mi madre, dándole todo su amor, cuidados y ánimos en los momentos más difíciles, como cuando falleció su tercer hijo, a los 3 años de edad, al que le pusieron el nombre de Jorge Ramón y el cual murió de cáncer en la sangre (leucemia) y cuando falleció su hijo mayor a los 42 años de edad, el Dr. Pedro Antonio, quien murió a consecuencia de un accidente automovilístico, en esos momentos siempre conto mi padre con el respaldo de su esposa. 
Mi padre logró consolidar AGRASISA, de tal manera que se hizo socio de la empresa Alpura, a la que se le sigue entregando actualmente la leche, logrando de esta manera consolidar su negocio y darles mejor vida a su familia y sus trabajadores, a los que siempre ayudó y trató muy bien. Por su parte mi madre, fue una mujer entregada totalmente a su familia, su esposo con quien se casó en 1949 y con quien procreó varios hijos. Ella era simpática, activa en la comunidad y dando apoyos a la Casa Hogar para ancianos San Vicente de Paul, contribuyo económicamente al canal de televisión religioso Mariavisón, ya que mi madre siempre fue una mujer muy religiosa y le gustaba mucho ver este canal, siendo su programa favorito el Santo Rosario y la Misa Sominical; desafortunadamente se le vino un problema de enfermedad en sus piernas y por tanto tuvo que moverse en una silla de ruedas, pero nunca perdió su interés por apoyar y ayudar en todo lo que pudo a su comunidad, a sus amistades y a su familia, su esposo y sus hijos, y a pesar de la muerte de su esposo el 17 de marzo del 2010, mi madre continuó adelante, siendo padre y madre a la vez. Ella fue sin duda una buena mujer, valiosa, simpática, amable, activa, respetuosa y estoy seguro que está en un buen lugar, a donde fue su espíritu emprendedor. Falleció en una fecha que jamás en mi vida olvidare, el 12 de octubre del 2017.
Gracias a mis padres por todo lo que nos dieron, por su dedicación, por sus enseñanzas y por todo el amor que nos proporcionaron. La verdad le doy gracias a Dios de que nos hubieran dado estos padres tan buenos y estoy contento de que están en un lugar mejor.
En esta pasada navidad, recordé a mis padres con orgullo y satisfacción, agradeciéndoles, amigos lectores, por compartir conmigo este momento de lectura, recordando lo más valioso que puede uno tener en la vida, el amor y el afecto de nuestra familia, nuestros padres y nuestros hijos y como siempre me pongo a sus órdenes para todos sus comentarios y sugerencias para esta columna.
Gracias por su lectura.

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