Por Christian Villalobos
La juventud y, en especial la juventud de Tepa, es sinónimo de emprendimiento y, sobre todo, de éxito. El día de hoy quiero platicarles una breve historia en ésta su columna de opinión, acerca de una chava que poco a poco está consiguiendo superarse como muchas y muchos jóvenes de Tepatitlán y la región.
Su nombre es Karina Navarro, tiene 23 años, desde muy pequeña aprendió de su familia el valor del trabajo, la cultura del esfuerzo y la disciplina. Con tan solo 11 años inició su primer negocio colocando uñas, entusiasta y decidida, según dicen sus contemporáneos, no tenía ni el año de haber iniciado cuando le robaron todos sus materiales de trabajo, podemos imaginar las lágrimas que derramó ante esta adversidad.
Sin embargo, no se desanimó, a la edad de 13 años con renovado entusiasmo emprendió un negocio de botanas, finalmente al cumplir la mayoría de edad se reincorporó al negocio de poner uñas, a la par que vendía ropa, continúo esforzándose, sacrificándose, pero sobre todo soñando y luchando por sus sueños. Consiguió egresar su licenciatura de administración de empresas y ser la directora de Karina Navarro Estilista, entre otros sueños y metas alcanzadas.
Hace unos días inauguró Krasny Salón, un nuevo concepto que combina la revolución postrera, las mejores bebidas y además salón de belleza.
Les platico la historia de esta muchacha como un testimonio de los muchos que existen, para demostrarnos que los sueños se pueden alcanzar.
Hoy muchos jóvenes lamentablemente le apuestan a la vida fácil, carentes de motivación en sus vidas se dejan llevar por espejismos que sólo conducen a la perdición. Son ejemplos como el de Karina los que nos marcan la pauta de cómo debemos trabajar y sacrificarnos para conseguir nuestros sueños, estoy seguro que en el caso de Karina aún le faltan muchos éxitos.
Los invito, amables lectores, para que reflexionemos y fortalezcamos la cultura del esfuerzo y el respeto por el trabajo en la legalidad, para de esta forma poder fortalecer nuestra sociedad y formación humana integral, erradicando el famosísimo “valemadrismo” que no es otra cosa que el conformismo, causante de tantas desgracias.
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