Por Oscar Maldonado Villalpando
Se está levantando este signo en esta puerta de Jalisco y de Los Altos.
Es la frontera de Jalisco con Guanajuato que más ilustra el cambio de territorio. San Diego, y con él Jalisco, llega hasta la altura, cerro del Palenque, desde donde se contempla la inmensa planicie que forma el bajío. En ese lindero se baja de aquí hacia allá; de allá para acá, empieza la subida a Los Altos.
A la salida de San Diego, crucero de la carretera que va de Guadalajara a León, por San Miguel, y la que llega de Lagos hacia Arandas, ahí justamente se está levantando una construcción conmemorativa. Un signo que señala la llegada a tierras de Jalisco, a esta población, ya centenaria, de San Diego de Alejandría. Es donde está la botella, frente a la gasolinera. Lugar donde se han establecido algunos negocios donde se expenden alimentos. Ahí mismo se ubica uno de los hoteles de este lugar.
Por fin parece que ya será realidad ese anhelo que se había manifestado hace algún tiempo de que hubiera un símbolo-monumento que señalara la llegada a San Diego y ofreciera a los viajeros una cordial bienvenida. Así que al mismo tiempo que se trabaja en la remodelación de la plaza, frente a la parroquia, se desplantan los cimientos de estos arcos de San Diego.
Esperemos que sea un signo hermoso, pero que además, a esa construcción corresponda la actitud, la unión, el apoyo de autoridades estatales, la gestión de las autoridades municipales para que se emprenda un verdadero itinerario de progreso y desarrollo de este lugar.
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