Pero mira cómo mueren los peces en el río…

Por Víctor Ontiveros Aguirre

Juanacatlán, Jal.- El pasado fin de semana sucedió lo que no había pasado desde hace unos 30 años en los municipios de El Salto y Juanacatlán: aparecieron decenas de peces muertos, como ocurrió en la década de los años 70, cuando llegaron a instalarse empresas e iniciaron a quitarle la vida al río Santiago, un río que marca la vida de los que ahí viven, sea por el espantoso olor que envuelve al lugar o por alguna enfermedad asociada con la contaminación, el habitante más peligroso de la zona.

La muerte: en febrero el menor Miguel Angel López Rocha, tras una intoxicación por arsénico, según la especialista en toxicología Luz María Cueto Sánchez, dejó en evidencia el grado de contaminación al que están expuestos los habitantes de El Salto y Juanacatlán.

Miguel Angel, quien murió a los ocho años, había caído al río Santiago, según testimonios de varios vecinos del lugar y de su propia familia. Sin embargo, el gobierno del estado dio una versión macabra sobre el fallecimiento del menor y que obligó a las mismas autoridades a pensar más la versión.

Ahora, con la muerte de los peces, las declaraciones de los responsables, tanto de Salud como de Medio Ambiente en Jalisco, son de risa.

El delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), José de Jesús Becerra Soto, declaró a Notisistema el mismo lunes que la mortandad de los peces del fin de semana se debió a la contaminación de materia orgánica, es decir, se murieron a causa de la caca de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) que llega al Santiago.

“Los peces se encontraron más bien cercanos a Juanacatlán, no así en El Salto. Cerca de esos lugares hay asentamientos humanos muy importantes pero además también predios. Todo parece indicar que hubo una fuerte cantidad de arrastre de materia orgánica muy considerable”.

Es cierto, en gran parte. Tan sólo la colonia La Huizachera alberga una espesa capa de los desechos orgánicos de la metrópoli. Nada puede pasar por ahí. Si usted tira una hielera, ésta no se hunde. Se queda a ras de eso que apesta muy hediondo. Lo increíble es la rapidez con que la Profepa y su titular hicieron un estudio de la muerte de estos peces. Según Becerra Soto, se produjo gas metano y los peces, al competir por oxígeno, se murieron.

Para otros habitantes de Juanacatlan y El Salto, la versión de los peces muertos cambia radicalmente ya que aseguran que desde hace muchos años no vive ningún pez en el río porque ya se habían muerto, que alguien tiró los pescados ya muertos a la corriente, ya que con la contaminación es imposible que hubiera peses, ¿pero para qué echar pescado muerto?, pues para hacer más mitote ya que son tiempos de campaña y este nuevo escándalo aprovecharlo para sacarle jugo.

¿Pero quién?.. Pues quién sabe…

Publicar un comentario

0 Comentarios