Por Ramón Muñoz de Loza
Hay quien sueña en crecer para seguir gateando
Hay acciones y actitudes de las autoridades que no alcanzamos a entender. Bueno, son entendibles si las vemos con enfoque miope. Desde hace algunos lustros, las estrategias de la autoridad de Tepatitlán es limitar el estacionamiento del centro de la ciudad en la vía pública para “hacerla más peatonal”, “para que la gente goce el centro”.
Y por un lado, los agentes viales ahuyentan a los automovilistas con marca personal, hostigando hasta el cansancio (o la infracción) para que se vayan rápido. Claro, con la honorable excepción de los influyentes funcionarios que se estacionan por horas sin molestia alguna.
Por otro lado, los jefes viales restringen los espacios de estacionamientos en la misma zona centro, dizque para hacer más fluida la circulación. Pero por una tercera vía, la calle Samartín y la Plaza Morelos, las han convertido en la arena popular, en el espacio predilecto para la pasarela de funcionarios y sus respectivas ocurrencias.
Ya cierran la circulación por una fonomímica, por un baile, por una exposición, por los de Juglarías, por los de Chiapas, por los del DIF, por los de misiones…, por lo que sea, pero está cerrada la vialidad o bien, está ocupada la plancha de la Plaza Morelos.
Seguramente que este espacio resulta el más atractivo y “accesible”, no hay duda, pues por la cantidad de autos que cruzan por esas calles y por los millares de personas que deambulan por la zona a diario, resulta un punto muy atractivo para los poderosos y “atraer” a los parroquianos.
Sin embargo, al paso de los días, uno se pregunta: ¿Y cuándo volveremos a ver libre de tanto toldo el primer cuadro de la ciudad?, ¿No que las estrategias de vialidad son para liberar la contaminación y las vialidad?, ¿Acaso no se trata de evitar los congestionamientos del primer cuadro?, ¿No entenderán las autoridades que provocar reuniones y “actos públicos” en el centro de la ciudad es promover el congestionamiento?
Hemos buscado casos de referencia y, la verdad, no encontramos gran diferencia de lo que ocurre hoy en día en el centro de Tepatitlán, comparado con lo que hacen los populistas gobernantes del Distrito Federal y los arrogantes panistas en Guadalajara.
De tanto que se utiliza la Plaza Morelos, ya no dejan que luzca ni el chisguete de fuentes que pusieron los panistas, ni las antiguas fuentes gemelas, ni la majestuosa Parroquia de San Francisco.
Aunque se invierte mucho en promover una imagen de ciudad moderna, a Tepatitlán la siguen utilizando las autoridades como el pueblote o el rancho donde las verbenas y las tardeadas son muy socorridas. Libérenla, por favor, liberen la Plaza pública, devuélvanla al pueblo.
Hay quien sueña en crecer para seguir gateando
Hay acciones y actitudes de las autoridades que no alcanzamos a entender. Bueno, son entendibles si las vemos con enfoque miope. Desde hace algunos lustros, las estrategias de la autoridad de Tepatitlán es limitar el estacionamiento del centro de la ciudad en la vía pública para “hacerla más peatonal”, “para que la gente goce el centro”.
Y por un lado, los agentes viales ahuyentan a los automovilistas con marca personal, hostigando hasta el cansancio (o la infracción) para que se vayan rápido. Claro, con la honorable excepción de los influyentes funcionarios que se estacionan por horas sin molestia alguna.
Por otro lado, los jefes viales restringen los espacios de estacionamientos en la misma zona centro, dizque para hacer más fluida la circulación. Pero por una tercera vía, la calle Samartín y la Plaza Morelos, las han convertido en la arena popular, en el espacio predilecto para la pasarela de funcionarios y sus respectivas ocurrencias.
Ya cierran la circulación por una fonomímica, por un baile, por una exposición, por los de Juglarías, por los de Chiapas, por los del DIF, por los de misiones…, por lo que sea, pero está cerrada la vialidad o bien, está ocupada la plancha de la Plaza Morelos.
Seguramente que este espacio resulta el más atractivo y “accesible”, no hay duda, pues por la cantidad de autos que cruzan por esas calles y por los millares de personas que deambulan por la zona a diario, resulta un punto muy atractivo para los poderosos y “atraer” a los parroquianos.
Sin embargo, al paso de los días, uno se pregunta: ¿Y cuándo volveremos a ver libre de tanto toldo el primer cuadro de la ciudad?, ¿No que las estrategias de vialidad son para liberar la contaminación y las vialidad?, ¿Acaso no se trata de evitar los congestionamientos del primer cuadro?, ¿No entenderán las autoridades que provocar reuniones y “actos públicos” en el centro de la ciudad es promover el congestionamiento?
Hemos buscado casos de referencia y, la verdad, no encontramos gran diferencia de lo que ocurre hoy en día en el centro de Tepatitlán, comparado con lo que hacen los populistas gobernantes del Distrito Federal y los arrogantes panistas en Guadalajara.
De tanto que se utiliza la Plaza Morelos, ya no dejan que luzca ni el chisguete de fuentes que pusieron los panistas, ni las antiguas fuentes gemelas, ni la majestuosa Parroquia de San Francisco.
Aunque se invierte mucho en promover una imagen de ciudad moderna, a Tepatitlán la siguen utilizando las autoridades como el pueblote o el rancho donde las verbenas y las tardeadas son muy socorridas. Libérenla, por favor, liberen la Plaza pública, devuélvanla al pueblo.
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