Justicia y ley

Por Gustavo González Godina

El verdadero problema en el caso de la francesa Florence Cassez y en muchos otros, me parece, es que no es lo mismo la ley y la justicia. Lo legal no siempre es justo, ni todo lo justo es legal.

Si una mujer pobre, sin marido y sin empleo pero con un hijo pequeño que, como ella, tiene hambre, entra a un súper Chedraui, por ejemplo, agarra un pan y un litro de leche y sale corriendo sin pagarlos porque no tiene dinero, aunque los dueños del súper tengan miles de millones de pesos y miles de millones de panes y de litros de leche y no les haga ninguna falta lo que se lleva la mujer, un guardia de la tienda saldrá corriendo tras de ella, la atrapará y la meterán a la cárcel. Lo que hizo la mujer es justo, pero no es legal. La acusarán de robo y la encerrarán sin importar que su hijo, que sigue con hambre, se quede más desprotegido aún sin nadie que intente traerle un pan aunque sea robado.

Si una empresa camionera, que ejerce un monopolio inexplicable en el sureste del país, porque no permite a otras que entren a sus dominios y por lo tanto no tiene competencia, eleva sus tarifas de transporte cada vez que hay vacaciones en el año, por lo menos en dos ocasiones, en Semana Santa y Navidad, lo que hace es legal, porque la ley se lo permite al no haber una norma ni una autoridad que regule los precios del transporte de pasajeros foráneo (como sí lo hay en cambio para el transporte urbano), puede hacerlo a su antojo, arbitraria y legalmente, pero no es justo. Y no lo es porque se obliga al usuario a pagar las tarifas que le da la gana a la empresa, porque no hay otros autobuses para viajar, no hay competencia. El monopolio sí es ilegal, pero es tolerado, porque las personas que tienen mucho dinero pueden violar la ley impunemente, la mujer que roba un pan y leche para su hijo no. Sin embargo es legal que la empresa camionera decida cuánto cobrar por su servicio de transporte y lo hace. Es legal pero no es justo.

¿A usted le parece justo que don Carlos Slim le cobre desde que marca usted un número en su celular, desde que empieza a timbrar el otro teléfono al que llamó, aunque no le contesten, y que le siga cobrando unos segundos más después de que cuelga?, porque no se corta inmediatamente, esa es la nueva forma de sacarle el dinero a los clientes de Telcel. Seguramente la respuesta será que no, pero es legal y el señor Slim lo va a seguir haciendo hasta que una nueva norma regulatoria se lo prohíba, por algo es el hombre más rico del mundo, y cuando ya no le permitan hacer esto inventará otra forma de sacarnos más dinero, como ha hecho una y otra vez desde que tiene la concesión, si la ley le marca el alto en alguna de sus formas para enriquecerse a costa de los usuarios de la telefonía, idea otra enseguida, la cosa es no perder su primer lugar en la lista de Forbes. Es legal, pero no es justo.

Y así como estos hay miles de ejemplos de que lo legal no siempre es justo, ni lo justo legal. Florence Cassez es culpable, la sentenció un juez y la sentencia condenatoria fue ratificada por otras tres instancias superiores del Poder Judicial, de manera que es justo que esté presa por el delito de secuestro, pero su encierro podría ser ilegal, porque su abogado alega que hubo fallas graves en el procedimiento, que se violaron sus derechos y que eso debe invalidar la sentencia y por lo tanto la deben poner en libertad.

Y otra vez al razonamiento acerca de lo justo y lo legal, o de lo legal y lo justo: si la ponen en libertad, quizás sea lo legal, pero no sería justo; si le niegan el amparo y se queda presa, sería lo justo, pero sería ilegal. ¿Qué debe prevalecer en este caso, lo justo o lo legal? No lo sé, pero el más alto tribunal del Poder Judicial que lo está decidiendo, se llama Suprema Corte de Justicia de la Nación, no suprema corte de lo legal…

Este jueves prevaleció la justicia sobre la legalidad en la Primera Sala de la Suprema Corte y se rechazó, por lo pronto, otorgarle el amparo y ponerla en libertad, pero este asunto de la francesa no termina aún, sólo se acordó turnar el caso a otro magistrado para que, tomando en cuenta lo que se argumentó ese día, presente otra propuesta de resolución.

Mientras no se emparejen la legalidad y la justicia, lo cual creo que nunca va a suceder porque la primera le interesa a la gente importante, a los dueños del dinero y de casi todo, a los jueces y magistrados, a los diputados y senadores que reciben de aguinaldo en diciembre lo que yo gano trabajando en diez años; mientras que lo segundo, la justicia, sólo nos interesa a los jodidos. Mientras esto siga siendo así, repito -y así será por los siglos de los siglos-, seguirá habiendo casos como el de Florence Cassez y como el de la mujer pobre que se roba un pan y leche porque tienen hambre ella y su hijo, sólo que de los primeros se hablará en todo el mundo y de los otros ni quien se ocupe.

No es justo, no es justo, pero es legal…

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