Un estigma que permanece
Por Oscar Maldonado Villalpando
Cuando llega el temporal electoral se
recrudecen nuestras tristezas. Como cuando estamos en casa con alguien enfermo
y afuera rumbosa se desparrama la fiesta. Así sucede ahora, allá afuera se
desarrolla el Carnaval de los poderosos o de los ambiciosos. Arrecia el tornado
de la propaganda hueca, casi siempre engañosa, y el hombre de nuestro tiempo
tiene su casa en penumbra, por las mil limitaciones que vive, causadas por ese
fraudulento sistema de poder.
Lo que podía remediar el cáncer de un
niño, la medicina emergente que no tiene el seguro, está en la calle en
ostentosos espectaculares, con la risa de los falsos profetas, de los mesías
engañadores.
¡oh pueblo nuestro tan desdichado, tan
engañado, tan oprimido! Los millones que deberían fortalecer las obras sociales
pasan a las arcas de las televisoras mercenarias y prostituidas.
Detiene la prudencia, pero vivimos tantas
cosas que significan una verdadera crueldad de nuestro sistema, que se debe
decir. Al fin alguien se llevará el premio electoral de nuestra ignorancia, de
nuestra complacencia. Responsabilidad que es de todos, más de quien tiene una
posición favorable en la vida y que cierra su corazón a las necesidades de toda
esta familia humana, que está enferma de este sistema de dominación tan cruel.
Algunas personas conocerán este material,
esta desgarradora fábula, esta triste historia de nuestro México, del mundo,
pero nos servirá repasarla:
“Compartan el siguiente poema titulado La
elección. ¡Una joya! Poema anónimo publicado en El cronista del Valle, de
Bronsville, Texas, el 26 de Mayo de 1926. La hipótesis del escritor Antonio
Saborit, es que el poema fue escrito por Guillermo Aguirre y Fierro, (Autor del
brindis del bohemio).
Saludos.
El león falleció ¡triste
desgracia!
Y van, con la más pura democracia,
A nombrar nuevo rey los animales.
Las propagandas hubo electorales,
Prometieron la mar los oradores,
y… aquí tenéis algunos electores:
Aunque parézcales a Ustedes bobo
Las ovejas votaron por el lobo;
Como son unos Buenos corazones
Por el gato votaron los ratones;
A pesar de su fama de ladinas
Por la zorra votaron las gallinas;
La paloma inocente,
Inocente votó por la serpiente;
Las moscas, nada hurañas,
querían que reinaran las arañas;
El sapo ansía, y la rana sueña
Con el feliz reinar de la cigüeña;
Con un gusano topo
Que a votar se encamina por el topo;
El topo no se queja,
más da su voto por la comadreja;
Los peces, que sucumben por su boca,
Eligieron gustosos a la foca;
El caballo y el perro, no os asombre,
Votaron por el hombre,
Y con dolor profundo
Por no poder encaminarse al trote,
Arrastrábase un asno moribundo
A dar su voto por el zopilote.
Caro lector que inconsecuencias notas,
Dime: ¿no haces lo mismo cuando votas?”
Entonces no es nuevo, entonces nuestra
situación es un cáncer crónico. Sí, cáncer porque lo producimos, dolorosa
menta, nosotros mismos, el egoísmo destructivo que impera en grupos de poder
que no han aprendido a ser humanos. Podrá ganar quien sea, pero lo doloroso
será sólo varían algunas decoraciones o colores, tan sólo eso,
desgraciadamente.
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