En la parroquia de San Francisco en
Tepatitlán, la niña Ángela Natalia
Franco Cervantes recibió por primera vez la sangre y cuerpo de Cristo,
después de haberse preparado espiritualmente por varias semanas.
La neocomulgante llegó al templo
acompañada de sus padres, los señores Alejandro Franco y Leticia Cervantes de
la Mora, fungiendo como su madrina Andrea Cervantes de la Mora. En el
transcurso de la ceremonia el sacerdote oficiante con bellas palabras le habló
a la niña y de lo que significa la
comunión, después de estas palabras le hizo entrega de la sagrada hostia
y la bendijo.
Al final de la misaia se ofreció un
convivio en una terraza social, en donde la neocomulgante recibió una enorme
cantidad de felicitaciones.
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