Panorama de Arandas
Por Rubén Arias Barajas
Vaya para Ustedes el saludo semanal de
costumbre.
Han transcurrido ya suficientes días
desde que el Omar Hernández Hernández tomó posesión como Presidente Municipal
de Arandas como para empezar a ver acciones que ha tomado para ejercer su rol como Primer
Edil.
Se han
inaugurado ya algunos caminos empedrados y algunas otras pequeñas obras
que van marcando el rumbo de la historia, pero seguramente que la gente espera
ver acciones más concretas respecto de poner orden en algunos otros rubros.
El caos vehicular que se vive en horas
pico por las calles principales y áreas céntricas de la ciudad es algo que se espera y pronto. Se ha visto
que se han pintado de amarillo las banquetas
como una clara indicación de que está prohibido estacionarse en tales
lugares y se han balizado algunas vialidades lo cual es un buen comienzo, sin
embargo ojalá que no tarden los de vialidad a comenzar a imponer sanciones a
todos aquellos que manejan en estado de ebriedad, a los que circulan a gran
velocidad, especialmente por las noches y fines de semana porque representan un
inminente peligro para ciudadanos pacíficos que circulan por ahí.
Sería malo esperar a que suceda algún
grave accidente con resultados fatales para comenzar a implementar mano dura
para todos aquellos que violan flagrantemente el reglamento de transito y ponen
en riesgo la seguridad de los ciudadanos.
Por otra parte, se espera también la oportuna
intervención de la autoridad municipal, para llegar a los arreglos o convenios
que sean necesarios para poner orden e
instalar en otro lugar el tianguis que está ubicado todos los domingos en el
centro histórico de Arandas y que bloquea varias calles del centro dándole un
aspecto de ranchería a una ciudad que se
quiere ostentar y comportar como tal.
Existe
la molestia de los vendedores
instalados en las fincas de esta área comercial y que pagan altas
rentas, impuestos, luz, agua y demás durante todo el año, como para que estén
contentos con el grupo que se planta y por una pequeña cantidad les hacen la
competencia convirtiendo en un verdadero peligro además dicha zona, pues en caso de incendio,
accidente o enfermedad que requiera la intervención de algún grupo de socorro,
hace imposible el ingreso de ambulancias o vehículos de rescate.
En otras ciudades de la región también se
toleran los tianguis pero de manera temporal, espaciada, que no sean cosa de
cada fin de semana bloqueando prácticamente todo el centro histórico. Menos aún
cuando se cuenta con instalaciones en el núcleo de la feria en donde hay
espacios amplios y suficientes servicios como para hacer mas cómoda y menos
peligrosa la visita de la gente en plan de compras. Se entiende que los tianguistas
no dejaran fácilmente sus lugares en el centro solamente porque se lo pidan,
pero si se les ofrecen alternativas y apoyo, probablemente accedan y puedan por
fin dejar despejado y libre al tránsito
de vehículos y personas el centro histórico.
Finalmente, también se espera que el
presidente municipal pueda hacer algo para atacar la contaminación visual y
auditiva, especialmente esta última, y meter en cintura a los que perifonean
desde temprana hora y sin ningún control del volumen por todas partes de la
ciudad sin respetar iglesias, escuelas, hospitales y lugares en donde existen personas enfermas o
de avanzada edad que sufren por los altos decibeles de los desconsiderados
anunciantes.
Es buena hora para empezar a arreglar lo
que esta mal hasta el momento, pero el primer edil tiene la palabra al
respecto.
Nos leeremos en la siguiente entrega.
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