…y se les fueron al monte…
Se les armó un verdadero engrudo.
Se les fueron las cabras al monte o metieron
la pata.
Qué enredos se han provocado en el
Ayuntamiento de Tepatitlán al intentar explicar qué diablos pasó en el basurero
incendiado donde se les prendió, literalmente, una maquinaria pesada, de esas
conocidas como “Patas de cabra”.
Los regidores han llamado a los funcionarios a
un desfile tipo “Señorita Laura”. Nomás les falta gritar: “!Que pase el
desgraciado!”.
La historia oficial dice que la maquinaria
ubicada en el basurero “San Bartolo” tuvo una descompostura. Al llamar al
Taller Municipal para repararla, enviaron a sus mecánicos, que son hojalateros
o lamineros, pero no especialistas en esa maquinaria. Como no pudieron
repararla y el jefe del taller no tiene habilidades para ello, optaron por
llevar a un “asesor externo” (mecánico pues). Quién sabe en qué momento se
provocó un chispazo en las conexiones y “!Boom!”, se incendió la máquina y
comenzaron a arder los componentes electrónicos y las mangueras. La máquina quedó inservible.
Esa es la versión oficial y no tendría mayor
trascendencia; de haber aceptado desde el principio que hubo ineptitud o
deficiencia técnica para enfrentar la contingencia, se hubiese resuelto sin
mayores sobresaltos. Son accidentes laborales, son imponderables.
Pero, el drama comenzó cuando quisieron,
primero, ocultar el accidente y, luego, repartir culpas.
A casi un mes del incidente, el “pequeño
incidente” se ha convertido en tema polémico que podría derivar en el despido
de más de uno.
En Presidencia quieren correr a alguien como
castigo, pero no saben a quién cargarle el muertito. Ya involucraron a los
empleados, al jefe del taller, al jefe de aseo, al de protección civil, al de
compras, al de maquinaria, al regidor de Responsabilidades y hasta al
presidente.
El tema, en lugar de resolverlo con una
sanción concreta y oportuna, la han manejado con un tacto de elefante. Ya
trajeron “expertos” de Estados Unidos, ya fueron funcionarios a ciudades
norteamericanas a “ver” maquinaria. Ya aprobaron casi 3 millones de pesos para
reponer la “pata de cabra”. Pero la solución no se antoja clara.
Este explosivo incendio de la maquinaria
destapó, como luego ocurre en estos casos, la cloaca del manejo económico y
administrativo que priva en esas áreas del Ayuntamiento que tienen qué ver con
los servicios municipales.
Ahora, con todo ese enredo de medias verdades
y múltiples versiones, tendrán qué aclarar por qué no se hace mantenimiento
oportuno a las máquinas, qué hacen y qué saben hacer en el Taller Municipal,
cuánto se gasta y en qué en el basurero; pero además, han puesto al alcalde en
una encrucijada nada simple: Debe correr a alguien, pero la madeja está muy
tejida. Y si no cae un culpable, será debilitada la imagen del Presidente. Y si
culpan al equivocado, podría “hablar” de lo que ocurre en esas áreas y podría
no convenir a cierto grupo.
Este tema se calentó, literalmente porque
metieron la pata… de cabra.
Ahora nomás falta que para resolverlo,
muestren que para los negocios oscuros, son los papás de la cabra…
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