¡Hola! Después de 7 días, estamos
nuevamente con ustedes para comentarles algo que seguramente no les va a
interesar, sin embargo siento un enorme deseo de escribirlo y no me voy a
quedar con las ganas, resulta que el domingo pasado mi esposa recibió la fatal
noticia de que una de sus sobrinas había fallecido, ante esto tuvimos que
realizar un viaje de urgencia al sureste mexicano, llegando a Villahermosa a
las 8 de la mañana del lunes, ahí, en el aeropuerto nos esperaba un sobrino que
nos trasladó al pueblo donde nacimos, Villa El Triunfo, que tiene una distancia
de 250 kilómetros a la capital tabasqueña, al llegar al lugar en donde velaban
a mi sobrina Alejandra ya podrán imaginarse lo que había, encontramos un cuadro
bastante triste y sobre todo encontramos a mi cuñado Arnoldo totalmente
destrozado, pocas veces había visto a un hombre con un rostro totalmente
desfigurado por la tristeza y como no había de estarlo, pues su hija, una de
las tres que tenía, siempre había sido la luz de sus ojos, era inevitable el
sostener las lágrimas y ver a un hombre que se ha criado en los ranchos
totalmente destrozado, era un dolor que no le deseo ni al peor de mis enemigos
si es que los tengo, ese mismo día fue el entierro, a las cuatro de la tarde y
las cientos de personas que asistieron derramaban lágrimas, lágrimas que se
perdieron debido a la torrencial lluvia que azotaba la comunidad y que empapaba
el total de los cuerpos, aún así, a pesar de la pertinaz lluvia, quienes acompañaron
a mi cuñado en su dolor jamás lo abandonaron y eso es una muestra que Arnoldo
con ese carácter alegre que siempre mostraba se había ganado el cariño de la
gente y que se lo mostró en estos momentos difíciles, sin embargo creo que esa
alegría es posible y seguramente así será, no volverá a ser la misma, ya
estando en el cementerio tuve la oportunidad de visitar a mis padres y tener
con ellos un dialogo silencioso, como todo hijo le pedí a mis padres que
velaran por mi familia, por mis hijos y por mis amigos y si verdaderamente es
cierto que existe el alma, seguramente mis viejitos siempre estarán cuidándonos
de una u otra forma, pues estoy seguro que ambos están muy cerca de Dios, no lo
puedo concebir de otra forma, ya que si algo le sobraba a don Luis Mendoza era
un corazón bondadoso, al igual que mi hermosa madre, que murió cerca de los 80
años y aun así conservaba un rostro lejos de las arrugas, en fin, fue una
visita breve y triste, pero son cosas que suceden y aunque en el templo se
pregone que quien fallece está feliz cerca del Señor, para quienes estamos
físicamente en la tierra, el ver que un ser querido se va para siempre, es un
dolor inevitable y los seres humanos preferimos tenerlos cerca que tenerlos
feliz en el cielo… Y pasando a otra cosa, les diré que este miércoles 12, la
señora Graciela Medina de Mares cumple un año más de vida y aquí estoy más que
seguro que algo le tendrá preparado mi buen amigo Lubìn Mares Guevara,
especialista en darle sorpresas a su amada, por lo pronto y desde esta
redacción le deseamos a Chela un muy feliz cumpleaños y se la pase de lujo
rodeada de sus seres queridos… Dicen que en Pegueros la regaron en la elección
de la reina de este lugar, ya que después de que había pasado el evento, los
organizadores se dieron cuenta que la ganadora no había sido ganadora y eso fue
motivo para que tres días después le quitaran la corona y se la dieran a quien
realmente según ellos había ganado legalmente, esto que hicieron fue falta de
experiencia, mejor hubiesen dejado las cosas como estaban y no se hubiesen
metido en tantos problemas… Y como todo tiene un final, no me queda más remedio
que decirles que aunque se escondan bajo las piedras, siempre estarán En la
mira.
0 Comentarios