Por el padre Miguel Ángel
Un día el Diablo decidió casarse. Quería
tener muchos yernos y nietos y así llenar el infierno.
Se casó, pues, con una mujer llamada
injusticia y de ella tuvo siete hijas.
A la primera la llamó Soberbia y la dio
como esposa a los gobernantes.
A la segunda la llamó Codicia y la
ofreció como esposa a los ricos.
A la tercera la llamó Mentira y la
ofreció como esposa a los pobres.
A la cuarta la llamó Envidia y la dio
como esposa a los artistas.
A la quinta la llamó Hipocresía y la casó
con los fariseos.
A la sexta la llamó Vanidad y la entregó
a las mujeres.
A la última la llamó Lujuria y quiso que
fuera soltera para dejarla a disposición de todos.
Cada quién verá con cuál hija del Diablo
está casado. De todos modos, no olvide que está emparentado con todas las
demás.
Cómo podemos observar, a todos nos pone
tentaciones Satanás, porque ése es su tarea.
Decía un joven que el demonio es como la
tienda OXXO, que está abierta las 24 horas del día y es verdad, porque donde
quiera y a todas horas nos pone tentaciones.
Debemos ser como San Juan Bosco decía: Si
el Diablo no descansa haciendo la guerra a la humanidad para llevarla a la
perdición, yo tampoco descansaré para ayudar a los demás a que huyan de las
ocasiones de pecar y se acerquen más a Dios.
1 Comentarios
muy bien.
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