En días pasados el gobernador de Veracruz
Javier Duarte dijo algo que me pareció una barbaridad. Me lo sigue pareciendo,
pero sólo que lo haya dicho Él, una autoridad, la máxima autoridad de un
Estado. Sin embargo estoy de acuerdo con lo que dijo, lo apoyo y deseo que los
encargados de hacerlo lo lleven a cabo.
“En Veracruz -dijo- quien secuestre será
detenido, y si agrede, será abatido”, así lo expresó el día 2 de abril al entregarle
112 vehículos-patrullas a la Secretaría de Seguridad Pública. Y lo boletinó su
Coordinación de Comunicación Social mediante su comunicado 1881.
Aunque la palabra “abatir” no significa
necesariamente “matar”, lo cierto es que el Ejército, la Marina y la Policía
Federal le han dado esa connotación y la han convertido en sinónimo, la usan
como un eufemismo cada vez que deben informar que les partieron la madre, les
dieron piso, o simplemente dieron de baja (los sacaron de circulación para
siempre) a uno o más malandros, cosa que a mí me alegra y festejo cada vez que
ocurre.
Dicen que no hay que alegrarse de la
desgracia ajena, pero esos malditos ya nacieron desgraciados y nos desgracian
la vida a todos, por qué no me voy a alegrar cuando se acuerda el buen Dios de
ellos y a través de las fuerzas de seguridad los manda, como dicen los árabes,
a que ardan en el mármol del infierno…
Como quiera lo primero que pensé cuando
me enteré de que en la Academia de Policía El Lencero y ante autoridades
federales, estatales y municipales, don Javier Duarte dijo que “el secuestro no
es una actividad rentable” (no totol); y que “todo aquel que cometa este
ilícito lo vamos a agarrar, lo vamos a detener, y si responde agresivamente a
las instituciones, lo vamos a abatir de conformidad con la ley”, dije: ¡Ah
caray!, eso se hace pero no se dice, y agregué dirigiéndome a un compañero de
trabajo: “Y además eso lo puedes decir tú o lo puedo decir yo, que hay que
matar a los malandros que se pongan agresivos, pero no el señor gobernador que
está para hacer cumplir la ley, y la ley no dice, que yo sepa (no en este
país), que hay que mandar para el otro mundo a los delincuentes, que
ciertamente están aplicando aquí la ley de la selva, donde se impone y
sobrevive el más fuerte. Pero que lo diga el gobernador…
Estoy seguro, o sospecho con el pecho y
calculo con el pie derecho, que esas son las órdenes que traen los marinos, que
cuando vayan a detener a un grupo de delincuentes y estos, o alguno de estos,
dispare contra las fuerzas armadas oficiales, los maten a todos, ¿para qué
tomar prisioneros?, ¿para que los siga manteniendo el gobierno en la cárcel con
nuestros impuestos, mientras practican ahí en el gimnasio, se ponen bien
mamados, y siguen desde la cárcel organizando secuestros y extorsiones a la
gente que se gana lo que tiene, poco o mucho, con su trabajo y el sudor de su
frente? No, mejor como dijo la cotorra, a ch… a su m… y Dios que los socorra.
Creo que esas deben ser las órdenes que trae la Marina, pero no lo andan pregonando…
Ya teníamos lista la cabeza para esa nota
en la Redacción de Política, sería ¡Mátenlos!, o ¡Los mataremos!, pero se nos
hizo muy fuerte, nos pareció que agravaríamos lo que parecía una imprudencia
del Gobernador, así que buscamos otra expresión: ¡Manos arriba!, precedida por
un balazo (así se le llama a la frase que ponemos antes de la cabeza principal
o de cualquier cabeza cuando es necesario) que dijera: “Si me disparas te
mato”; pero minutos después nos hablaron del Palacio de Gobierno para pedirnos
que les ayudáramos con ese tema. Está bien -les dije- le vamos a poner entonces
“Si me disparas te abato”. Pero no, finalmente le pusimos: ¡No se resistan!
¡Manos arriba! (¿y chones abajo?) y a continuación la advertencia, textual, del
gobernador Javier Duarte a los delincuentes.
Días después, a toro pasado como luego
dicen, sigo pensando que no debió decir eso el Gobernador, pero aplaudo que se
les dé esa orden a las fuerzas de seguridad: Traten de detener a los mal
paridos malandros, pero si se ponen pendejos y disparan, pártanles la madre a
todos. Cero Presos en lugar de OK, para qué queremos a aquellos, mejor hay que
darles cristiana sepultura y que Dios los tenga de donde no se vengan. Dirán
que soy un bárbaro, salvaje, inhumano, insensible por pensar así, que los
delincuentes también tienen derechos humanos… Lo siento pero así pienso, para
mí son más importantes los humanos derechos que los derechos humanos.
Pinches normalistas
“Atropellan a 12 normalistas en Morelia;
un detenido”, así decía el encabezado de la noticia este jueves. Protección
Civil informó que al menos tres jóvenes se encuentran graves tras ser
arrollados por un automovilista; exigían cambios en la convocatoria de ingreso.
En Morelia fueron en total 12 los
estudiantes normalistas que resultaron lesionados luego de que el conductor de
una camioneta los embistió cuando bloqueaban la salida a Salamanca.
Lamento que no hayan sido más los heridos
y que no haya muerto ninguno. ¿Con qué derecho bloquean la vialidad y les
coartan la libertad a los ciudadanos de transitar libremente para llegar a
donde se dirigen?, ¿para qué quieren plazas automáticas cuando terminen sus
estudios en la Normal, si nunca van a dar clases, se la van a pasar en marchas,
plantones y bloqueos para los que ya se están entrenando. CNTE y normalistas
son una lacra, en buena hora que sean atropellados y les partan su mandarina en
gajos. Si alguien se ofende por mi manera de pensar lo siento, pero a mí, como
a miles o millones de ciudadanos, ya me tienen hasta la madre esta bola de
zánganos, así que al carajo con ellos.
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