Chuecuras


Le comentaba al priista Rubén Vázquez, que quiere dirigir al partido a nivel estatal, que Hugo Bravo en Tepatitlán no se había encontrado con un ayuntamiento diseñado a su gusto, como con tarifas de agua y predial aumentadas y direcciones de policía y tránsito unidas en una sola, a diferencia de Alfaro en Guadalajara, donde su antecesor Ramiro Hernández hizo los ajustes que el primero le había pedido antes de dejar el cargo.

Le pregunté por qué Ramiro hizo lo que Alfaro le pidió y Rubén Vázquez contestó que “Ramiro es un buen hombre y bien intencionado, incapaz de robarse algo, pero no evitó que todo mundo robara en su ayuntamiento… fue una robadera eso y para irse tranquilo Ramiro no le quedó más que arreglarse con Alfaro…”

Y esto a propósito de las irregularidades y transas que dice Hugo Bravo haber encontrado y que habrían sido cometidas por los funcionarios de la pasada administración. El médico prometió tomar cartas en el asunto, arreglar lo que haya que arreglar y posiblemente castigar o buscar que se castigue a los que hayan hecho semejantes tropelías.

Muchos le creen a Hugo Bravo, yo quisiera creerle, pero cada tres años es lo mismo. Los del trienio pasado panista dijeron casi lo mismo de la administración de Cecilia y no pasó nada. La señora, aunque no lo hizo público, también dijo haber encontrado chuecuras de la administración de Miguel Franco, pero nunca pasó nada.

Y es difícil creer que esta administración naranja vaya a combatir y corregir estas anomalías, en primer lugar, porque algunas de las supuestas chuecuras encontradas, son fácilmente rebatibles y con cualquier argumento medianamente armado se podrán echar abajo (de hecho Jorge Eduardo dejó entrever que ya prepara la respuesta).

Fácilmente rebatibles porque son exageradas, verdades a medias o simplemente porque no hay nada que aclarar, como la deuda del acueducto, que está totalmente documentada y que nunca se ocultó o disimuló y al entrar las nuevas autoridades sabían que ahí estaba esa droga, claro que igual sirvió para hacer ruido.

Y en segundo lugar, los políticos sólo aparentan ser enemigos, pero rara vez se han hecho daño, solo castigan a uno que otro ex funcionario de medio pelo para aparentar que están aplicando la ley.

Pero políticos de distintos partidos, que todos los días se ven el congreso local o el federal, en dependencias de gobiernos, en asambleas del INE o interactúan de capital a municipio o municipio a municipio, nunca pasarán de las palabras. Si yo ataco al alcalde del partido X, luego el diputado de su partido no me echará la mano con los recursos que ya prometió y así…

Y pues aquí los únicos que nos creemos el cuento de que combatirán las chuecuras que dejaron los anteriores, somos los ciudadanos, que poco o nada sabemos de política y de los enjuagues que se hacen cuando nadie los ve.

Y otra cosa, para actuar contra los que obraron mal, hay que cuidarse la espalda, no caer en las mismas irregularidades o en otras y que venga el siguiente y te quiera echar el guante, en venganza o porque también se les da de justo y legal.


Posiblemente, seas como Ramiro Hernández o Hugo Bravo, bienintencionados e incapaces de clavarse algo, pero no puedes responder por todos tus colaboradores y cuando se acabe todo, del único que se acordarán será de ti y de las transas de tu ayuntamiento, aunque no las hayas hecho tú y posiblemente ni cuenta te diste o simplemente no pudiste evitarlas.

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