Estos días de Navidad y Fin de Año, nos sirven para descansar.
Descansar de lo cotidiano en lo laboral, en lo escolar, en lo productivo, pero no en lo económico.
Muchos nos olvidamos unos días de lo ajetreado de nuestra agenda. Nos retiramos unos momentos de la actividad cotidiana para arrojarnos en el mundo de la fiesta, de lo familiar, de lo espiritual. Sirve este espacio para reconciliarnos, para reencontrarnos con la familia, con los amigos.
Este espacio debe servir para recargar baterías. Salgamos o no de paseo. Vayamos o no de vacaciones. Necesitamos recargar baterías para lo que viene el próximo año.
Y no es que vaya a ser algo diferente a cualquier otro año de los últimos 40 en nuestro país.
Mientras la gran mayoría de mexicanos abrimos paréntesis en nuestras actividades cotidianas y nos permitimos el apapacho social, familiar; a la vuelta de la esquina nos espera una bomba de noticias económicas sorprendentes.
Nos espera el incremento en las gasolinas, el nuevo esquema fiscal, los nuevos y ampliados impuestos, el incremento en los pagos, en los precios de tortillas, azúcar, frijoles, transporte y todo eso que a diario utilizamos.
¿Y para qué deberemos pagar todos esos impuestos?, para ayudarle al gobierno a cumplir con sus metas recaudatorias y nos digan luego que, a cambio, debemos olvidarnos de las obras, de las prestaciones, del cumplimiento de tareas propias como la Seguridad, el alumbrado, el bacheo, la educación, la salud, los caminos, el deporte, la cultura. Lo nuestro es pagar impuestos a esa devoradora de dinero que se llama “Burocracia”.
A cambio de pagar nuestros impuestos, los gobernantes nos ofrecen cobrar sus quincenas, su mes 13, sus aguinaldos, sus viáticos y por supuesto, emitir uno que otro boletín, ofreciendo disculpas por la tardanza en el cumplimiento de sus metas, de sus compromisos de su palabra. Eso quedará para otra ocasión, pues “el 2017 es un año de apretarse el cinturón”… otra vez.
Lo que nos queda del año, deberemos descansar lo más que podamos, pues, con el comienzo del año 2017, con el primer día, aunque estemos de vacaciones, de asueto, de paseo, nos espera una cuesta empinada, como siempre, desde hace 40 años, gracias a las políticas absurdas de nuestros gobernantes.
A descansar pues, que la chamba en 2017, se viene difícil. Si tenemos trabajo, hay que cuidarlo. Si tenemos sueldo, hay que administrarlo. El descanso nos puede permitir resistir la embestida que, otra vez, nos volverán a dar nuestros gobernantes; esos que durante todo el año nos encajan el diente y en esta temporada navideña y de fin de año… también.
Felices fiestas. Feliz Navidad y Atrevido año Nuevo…
0 Comentarios