En el bautisterio del templo del Espíritu Santo se llevó a cabo la sencilla pero muy significativa ceremonia en donde la pequeña hija del matrimonio formado por los señores Juan Carlos Jaramillo y Rocío Trujillo recibió por vez primera las aguas del Jordán que le quitan el pecado original.
Los señores Mario Jaramillo y Rocío Jaramillo fueron invitados para apadrinar a la pequeña Valentina, cosa que aceptaron gustosos; por su parte el sacerdote mencionó a los padrinos que la responsabilidad no solo consiste en estar en esta ceremonia, sino que a través de los años y si fuese necesario, ellos tendrán que hacerse responsable de la educación y salud de la recién bautizada.
Después de estas palabras, fue acercada la cabecita de la niña a la pila bautismal, que al recibir el agua bendita el sacerdote pronunció el nombre de Valentina.
Al término de la ceremonia, los padres, padrinos e invitados se trasladaron a un rancho en donde se ofreció un convivio en honor de la pequeña.
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