Tarde o temprano

Peña Nieto es muy tonto o muy cabrón para salir dos veces en cadena nacional, y en menos de una semana, para decirnos que la gasolina no baja y no bajará. De verdad se cree él su mundo de caramelo (hay por ahí un comercial del gobierno federal muy curioso, donde dice que en todo mundo se están agarrando de la greña, menos aquí, donde todo es paz y armonía), es un insensible que no le importa lo que sienta y opine el país respecto a sus políticas o de plano se come la lumbre a puños y no teme que la nación se movilice y lo obligue a dejar la presidencia, por el contrario, sigue provocando al pueblo con sus mensajes y nulas esperanzas de que el combustible vaya a bajar de precio en estos días.

Cuando la comunidad está molesta con su gobierno, por mucha o poca razón que pueda tener para ello, es cuando un gobernante debe mostrar sus buenos oficios, pero ni Peña Nieto ni nadie de su equipo tienen eso y de plano Videgaray hasta dijo que viene a aprender en su nueva chamba.

La idea central de la política es servir al pueblo y armonizar con él, después viene lo legal, lo correcto. Años y años de subsidios a la gasolina y de un día para otro querer darla al precio supuestamente correcto, enardece a cualquiera por más razones que esgrima la autoridad para el aumento. Esto no lo entiende el gobierno federal ni sus pragmáticos secretarios y por lo pronto ya les costaron las siguientes elecciones; ahora hay que rogar que esto no arda más y que pronto vuelva esto a la calma y la solución la están poniendo en parte los mismos inconformes, porque hasta ahora de la parte oficial sólo ha habido discursos que no han servido de nada.

Las protestas por el gasolinazo no se hicieron esperar, pero ha habido un gran cambio en ellas desde que empezaron, los bloqueos, saqueos y perjuicios al resto de la comunidad que no levanta la voz se han estado extinguiendo; los inconformes pronto se dieron cuenta de que la manifestación delincuencial no serviría de nada y el gobierno solamente se pondría a observar los chingadazos desde la barrera entre los enojados y los que lo están pero no hacen nada por cuestiones de trabajo, prudencia o porque simplemente la vociferación no es lo de ellos.

La gente ha aprobado que se tomen las casetas de cobro, pero que en vez de no dejar pasar a nadie como se hizo al principio, se deje pasar a todo el mundo y encima gratis.

El que quiera protestar no pagando sus obligaciones o haciendo que los demás no tenga que pagarlas sin ser sancionado, está ganándose la simpatía de todo el mundo y quizás el gobierno, cuando vea que su gasolina cara esté recaudando lo previsto pero sus otras fuentes de ingreso comiencen a fallar -como el pago del peaje de las autopistas-, entonces quizás reconsideren el aumento y se les ocurra una solución (aunque sea a medias) para, quizás no revertir el gasolinazo pero sí dejar de castigar el bolsillo de la ciudadanía en otra forma.

Y si de plano las autoridades son tan ineptas e insensibles como hasta ahora han demostrado, habrá alguien más que levantará la voz y entonces sí el gobierno temblará.

Hay que recordar que la mayoría de las autopistas del país que en estos momentos están tomadas y obligados sus empleados a dejar pasar gratis a todo el mundo, o son del gobierno o están concesionadas a los empresarios más poderosos del país o del mundo.

¿Cuántos días más aguantarán Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo y dueño de la mitad de México; Germán Larrea, del Grupo México y dueño de la otra mitad del país o los españoles de OHL, súper cuates de Peña Nieto, ver que sus autopistas, que costaron millones construirlas, no están produciendo nada de dinero porque unos manifestantes obligan a que el paso sea libre?

¿Estará esperando Peña Nieto que uno de estos magnates le reclame para entonces sí hacer algo al respecto? ¿Mandaría la fuerza pública para quitar a madrazos a los manifestantes o deberá doblar las manos y ofrecer una solución real a lo del gasolinazo?

Entonces el camino parece que ya fue hallado, seguir impidiendo el pago en las casetas y otros lugares de donde el gobierno y los grandes empresarios obtienen dinero, tarde o temprano se solucionará esto siempre y cuando los manifestantes no aflojen.

Y si no es así, entonces Peña Nieto y su equipo de plano no tienen remedio, pero esto se convertirá en un gran caos. Si a alguien en la Federación le queda un mínimo de cordura e inteligencia, se atenderá el problema, siempre y cuando se mantenga el boicot. Y a los que no nos gusta estar en este tipo de embrollos, pues al menos contribuyamos de alguna forma a que esto cambie, ya sea usando las casetas gratis, que eso tarde o temprano les dolerá a las autoridades.