• Se metió en un berenjenal y no se la va a acabar
• Contra el Sistema, los Medios, y… ¡los católicos!
El dueño del Movimiento Ciudadano en Jalisco, presidente municipal de Guadalajara y muy probable candidato a gobernador Enrique Alfaro Ramírez, le está buscando mangas al chaleco. Como no se las encuentra porque los chalecos no tienen mangas, curioso que es Él emprendió ya otra búsqueda, les busca chiches a las gallinas. Tampoco tienen, pero el hombre quiere hacer algún descubrimiento novedoso y se pone a buscarle tres pies al gato. Todos sabemos que los gatos ni pies tienen, lo que tienen son patas y son cuatro, pero Alfaro parece ignorarlo.
Y en esa búsqueda absurda, ardua y hasta peligrosa, el señor Enrique Alfaro se metió en un berenjenal, lo que equivale a meterse en honduras, o lo que es lo mismo, está metido en camisa de once varas. Así se dice cuando alguien se complica la vida demasiado y además en forma innecesaria. Lo del berenjenal porque las berenjenas son unas plantas espinosas, que al crecer se vuelven molestas por los arañazos y pinchazos que se puede uno llevar, si se mete uno a lo gorras -como lo hizo Alfaro- puede salir todo raspado.
Así va a llegar el alcalde tapatío a la elección de gobernador el próximo año, muy raspado, porque se ha complicado la vida a lo puro pendejo. Si de por sí es muy difícil enfrentarse al Sistema, ya no digamos priista, bipartidista, porque son igual de mañosos los tricolores y los albicelestes, pero más a los primeros que están ahorita en el poder. Ya el prestigiado periodista Raymundo Riva Palacio, autor de la columna Estrictamente Personal y director del portal Eje Central, le dedicó a Alfaro una columna que tituló “Negocios sabor naranja entre amigos de Alfaro”, en la que puso al descubierto una red de corrupción y tráfico de influencias, con un organigrama bien definido en el que aparecen nombres de personas y empresas ligadas al funcionario. Eso fue sólo un aviso…
Con eso y con los siguientes trapotes al sol que le va a sacar el gobierno federal -presiento que más sucios aún, porque las amistades peligrosas suelen empinar a cualquiera-, tiene don Enrique para entretenerse un rato mientras se autonombra candidato (como AMLO, lo que diga su dedito) y en lo que lleva a cabo su campaña. Pero eso no le pareció suficiente, cree poder contra el Sistema, el siguiente trompo que se echó a la uña fue enfrentarse con los católicos -que son mayoría en Jalisco- ofendiendo a la imagen de la Virgen de Guadalupe con una escultura ridícula y extravagante, con un mamarracho pues llamado Sincretismo, que mezcla la figura de la Morena del Tepeyac con la de la diosa Coatlicue de los Aztecas, con calaveras y serpientes y con lo que parece ser un macho cabrío, símbolos demoniacos que provocaron ya una fuerte reacción por parte de los creyentes católicos, que la consideran así una escultura satánica.
Pero qué necesidad… para qué tanto problema, cantaba el inolvidable Juan Gabriel. ¿Cómo alguien que quiere ser gobernador del Estado y que necesita por lo tanto de los votos de la mayoría católica, agravia a ésta faltándole al respeto a uno de los símbolos más queridos?, no sólo de los jaliscienses, sino de todos los mexicanos. No sé si habrá escuchado usted, lector-lectora, la versión de que en México no todos los habitantes son católicos, pero sí todos son guadalupanos… Es una exageración, por supuesto, pero sí veneran a la Virgen de Guadalupe la inmensa mayoría de los mexicanos, y por supuesto los jaliscienses.
No sin pena reconozco que me están fallando mis cálculos -en lo que a la política se refiere-. No sé con qué fue que se empañó mi bola de cristal, pero ya no veo claro. Ahora sí que como dijo el alburero: No sé qué tienen mis ojos, que puros ojetes veo. Hasta hace unas semanas estaba yo seguro de que ahora sí ganaría la elección presidencial el próximo año Andrés Manuel López Obrador, pero tras la elección de gobernador en el Estado de México, luego de la Asamblea Nacional del PRI, al ver la red de alianzas que está tejiendo éste, con la división tan profunda en el PAN, y la inconformidad de Ricardo Monreal en la Ciudad de México, ya no estoy tan seguro. El PRI al que yo consideraba, qué digo en la lona, muerto y enterrado, se está levantando…
Y lo mismo me está pasado respecto a Jalisco. Aristóteles Sandoval no quiere a Arturo Zamora en la candidatura del PRI; el PAN no tiene ningún gallo a la vista y no se olvida el pésimo papel de Emilio González; el PRD por sí sólo no cuenta con la estructura ni la militancia necesarias para dar la pelea… Y ante ese panorama, mi razonamiento era “si Alfaro ya hizo las paces con Raúl Padilla, y con el liderazgo que tiene va derechito a la gubernatura”.
Pero no. Le sacan primero lo de un funcionario impresentable, que lo acompañaba en su gobierno desde que era alcalde de Tlajomulco, luego lo de su red de corrupción y tráfico de influencias, a continuación se pelea con los medios de comunicación más fuertes del Estado a los que llama basura, después viene su mamarracho llamado Sincretismo; distorsiona o tergiversa la herramienta llamada Revocación de Mandato y la convierte en Ratificación de Mandato para hacer campaña anticipada y gastar en algo que no les gustó para nada a los tapatíos; y ahora se enfrenta a los católicos del Estado, negándose a retirar la ofensa a la Virgen de Guadalupe…
Yo creía que don Enrique Alfaro era un tipo muy inteligente, que no tenía un pelo de tonto (bueno, ni de tonto ni de listo, encandila), pero ya veo que no. Se ha creado una imagen -a base de dinero supongo-, pero lo he visto enfrentar a la prensa y no da el kilo. Me parece que es un hombre de ocurrencias, no de ideas, y que es popular, sí, todavía, pero la última de sus ocurrencias creo que fue una soberana pendejada. O escucha el clamor de sus potenciales electores y vende ese armatoste por kilos, o se regresa por donde vino. Parece no conocer la historia de México, o conocer sólo una parte, se brincó una revolución que hubo en la tercera década del siglo pasado… y que comenzó precisamente en Jalisco.
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