Feliz Navidad a todos y… Próspero Año Nuevo


Con el gusto de siempre envío un saludo y un abrazo sincero a todos los lectores de este medio de comunicación en estos días, en los que todos nos encontramos inmersos y preocupados por los regalos para los parientes y amigos, la organización de la cena de Navidad y los festejos del fin del año.

Esto representa una erogación importante en la que probablemente el aguinaldo se vaya completito y a lo mejor hasta falte, pues habrá quienes desgraciadamente no tendrán un ingreso extra y ahí entonces las dificultades serán mayores.

Pero una sana sugerencia sin duda será que cada quien estire la cobija hasta donde alcance, pues lo peor sería endeudarse para programar los eventos que mencióné anteriormente.

Dice un dicho: “Hace todo lo que debe, aquel que hace todo lo que puede”, sabia frase que nos indica que organicemos todo en base a nuestra real capacidad económica. Finalmente, entre la familia no está de más el dar una explicación breve y sincera a quienes te acompañan, de que la convivencia es lo más importante y que de haber recursos se hubiera hecho otra cosa más abundante, todo mundo lo entenderá.

Y más vale tener ese tipo de precauciones, por aquellos rumores que circulan en el sentido de que habrá un incremento importante en los precios de la gasolina a partir de los primeros días del mes próximo de enero. Que al inicio del año, por cierto, sería una muy lamentable noticia, puesto que sabemos muy bien que al elevar el precio de los combustibles el incremento se dará también en la canasta básica y en muchos otros productos que no son de primera necesidad, pero que igual impactan en nuestra economía.

De suceder esto sería lamentable, pero además perjudicial para la ya muy deteriorada imagen del Presidente de la República, senadores y diputados, que son los protagonistas de esta historia de alza en los precios, y que no pueden escapar a la crítica del pueblo en general.

Ellos, todos, disfrutan de enormes salarios, aguinaldos jugosos, bonos y demás prestaciones para seguro de gastos médicos, de viajes, gastos para mantenimiento de sus vehículos y otros privilegios más. Mientras el grueso de la población sufre los estragos y las preocupaciones derivadas del escaso sueldo que no alcanza para satisfacer las necesidades mínimas de una vida digna para su familia.

Por supuesto que tal incremento en el precio de los combustibles también afectaría el ánimo de la gente en las próximas elecciones, cobrándole tal vez la factura al nuevo  candidato y escogiendo otras opciones que no sean las mismas que nos han llevado a esta grave situación económica, política y social en que se encuentra nuestro país.

Los que están sentados detrás de un lujoso escritorio y que toman las decisiones que afectan o benefician al grueso de la población, necesitan caminar un poco más entre la gente y escucharla para saber cuáles son los sentimientos y condiciones en que se encuentra la mayoría de las personas y actuar en consecuencia.

Eso sería congruencia, pero tal vez sea mucho pedir. Ojalá que no.

Nos leeremos en la próxima entrega.

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