• Fueron los reinos de Castilla y Aragón los que invadieron y arrasaron con el Imperio Azteca
Es tan absurdo pedirle al Rey de España que se disculpe con México por las atrocidades cometidas durante la Conquista hace 500 años, que el presidente Andrés Manuel López Obrador sólo hizo el ridículo y ahora se burlan de Él no sólo los mexicanos que no votaron por Morena, sino también en el extranjero.
Y es tan absurdo porque hace 500 años no existían ni México ni España como países. Aquí lo que había era el Imperio Azteca llamado también la Triple Alianza (que nunca pudo dominar a los tlaxcaltecas ni a los tarascos, por ejemplo) con su centro político en una ciudad llamada México-Tenochtitlan, que no es lo mismo que este país llamado Estados Unidos Mexicanos, República Mexicana o México.
Y menos aún existía España. Hernán Cortés vino de Extremadura, una provincia del Reino de Castilla que era gobernado por la Reina Isabel I, esposa del Rey Fernando II de Aragón, más conocidos ambos como los Reyes Católicos, que ciertamente financiaron el viaje de Cristóbal Colón que accidentalmente descubrió América; y a continuación fueron en realidad los reinos de Castilla y de Aragón los que conquistaron lo que era el Imperio Azteca con su capital México-Tenochtitlan, ya con Carlos I como rey, pero no de España, sino de Castilla y de Aragón que eran solamente dos de los reinos que existían en la Península Ibérica, como existían los de Portugal, León, Granada y Navarra por citar a los más importantes.
Efectivamente mucho antes los romanos llamaron Hispania a la Península Ibérica, pero el Reino de España nació cuando el joven emperador Carlos V (que ni español era, vaya ni siquiera había nacido en la Península Ibérica) juró como Carlos I de España en 1528 (había jurado antes pero como Rey de Castilla y de Aragón). Carlos V heredó de su padre Felipe el Hermoso el Sacro Imperio Romano Germánico, junto con los reinos ibéricos que había obtenido su padre al casarse con Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos, que no pudo gobernar precisamente porque le patinaba el coco, de manera que al morir Felipe I de Habsburgo y al no poder gobernar Doña Juana, su hijo Carlos V de Alemania juró como Rey de Castilla y de Aragón adoptando el nombre de Carlos I. Y 10 años después (en 1528) como Rey de España, cuando empezó a existir España, y cuando habían pasado ya 9 años de la Conquista.
Es tan absurdo pues pedirle a España que se disculpe con México por lo que pasó durante la Conquista (imagínese a España pidiéndole a Roma que se disculpe por la invasión y la dominación romana que duró siete siglos; o a los árabes que también invadieron y dominaron lo que ahora es España durante otros ocho siglos), que ni siquiera vale la pena reflexionar, mucho menos discutir, acerca de si tiene o no tiene razón López Obrador en haberle enviado esa carta al Rey Felipe VI de España. Lo interesante sería más bien tratar de adivinar que fue lo que motivó tal desatino.
Hay varias hipótesis al respecto. La primera que se me ocurrió a mí fue que se trató de una cortina de humo para distraernos de algo verdaderamente importante, como podría ser la discusión y aprobación en el Senado de la Revocación de Mandato, que en la práctica equivale a los preparativos para la reelección de López Obrador.
Lugo surgió otra que no es del todo descabellada, que efectivamente el Presidente pensara, inocentemente -como es Él- que el Rey de España podría ofrecerle una disculpa a México sin que se supiera de la carta-solicitud hasta después, una vez que el Rey lo hubiera hecho con el afán de celebrar juntos, México y España, el quinto Centenario de la Conquista. Imagínese, el Rey de España pidiéndole disculpas a López Obrador… Y López Obrador perdonando al Rey de España. No bueno… No contaba AMLO con que se sabría de la carta, y que tras de eso vendría obviamente el rechazo y la indignación del gobierno español. Y el ridículo…
Y la más reciente de las hipótesis la puso de manifiesto el columnista Raymundo Riva Palacio, quien dio a conocer que la señora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente, tenía o tiene en preparación otras tres cartas, para los presidentes de Francia, Austria y Estados Unidos para pedirles que se disculpen, Macron por la invasión francesa a México; El austriaco Van der Bellen por habernos mandado a Maximiliano; y Donald Trump por la anexión de Texas y tras de ésta la intervención gringa que terminó con la pérdida de California, Nevada, Nuevo México, Utah y partes de lo que ahora son otros estados de la Unión Americana.
Y junto con eso, bueno, la culta Señora (tan culta que cree que el sol gira alrededor de la tierra) acaba de presentar un libro que trata de la Conquista de México, y qué mejor que un escándalo para promoverlo. O sea que habría sido Ella la de la idea de las cartas al Rey de España y al Papa Francisco, lo que pondría de manifiesto también que nuestro mesías además de corrupto y mentiroso es también un mandilón, que le permite a su esposa meterse en la política exterior (y la interior) del país sin tener atribuciones para hacerlo. Otra Martita Sahagún…
El problema es que las consecuencias no las tuvo que pagar la Señora no Primera Dama, sino el presidente Andrés Manuel López Obrador. El escritor español Arturo Pérez-Reverte ya le llamó a nuestro Presidente de la República “imbécil, ignorante, demagogo, oportunista y golfo”, y dijo “que se disculpe Él que vive en México y tiene apellidos españoles”; y el Premio Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa dijo que López Obrador se equivocó de destinatario, que la carta debió dirigírsela a sí mismo, para (pedirse, se entiende) que se disculpe con los millones de indios que aún hay en México y que siguen pobres, Ignorantes y explotados después de 500 años.
Éramos un chingo y parió la abuela. Ahora hasta en eso se va a parecer Andrés Manuel López Obrador a Nicolás Maduro, ya le empezaron a llamar “imbécil” en el extranjero.
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