Cama, silla o suelo para los pacientes en el IMSS


• “Teníamos que esperar a que se muriera alguien para que hubiera lugar”


Por Daniel Ontiveros

La oposición ahora viene y presume la precariedad del IMSS a nivel nacional, con los contagios entre el personal en Baja California por falta de equipo; el robo de ventiladores en Oaxaca; manifestación de trabajadores por falta de equipo en Guadalajara; el aplazamiento de las citas hasta un año en Ciudad de México, pero no es nada nuevo.

Recuerdo en 2012, cuando nos tocaba trasladar pacientes a la clínica 14 a Urgencias para que recibieran a un paciente regulado de Zapotlanejo, mínimo eran dos horas de espera, ya cuando la desesperación entraba, había que estar buscando una camilla, y lo más rápido era esperar a que muriera algún paciente de piso o de urgencias, y luego ir a buscar la camilla a la morgue y voilá, nuestro paciente ya tenía cama.

En Zapotlanejo, desde siempre ha sido un problema la poca atención que presta el IMSS, porque no tiene a veces ni doctor de guardia, mucho menos medicamentos. En Guadalajara los hospitales en la entrada de Urgencias, es esperar horas para que uno pueda ingresar, y después es ver si hay camas, sillas o suelo.

En experiencia propia, en el hospital del IMSS en Tepatitlán, ya más recientemente en 2017, el máximo tiempo de espera para que recibieran un paciente fue de 8 horas. Fueron 8 horas que nosotros tuvimos que estar esperando con el paciente en la camilla de la ambulancia, ambulancia que estuvo 8 horas fuera de operación, hasta esperar todo un ritual de recepción. Fue necesario el cambio de turno, para que en la ronda se pudiera dar de alta a algún paciente hospitalizado, para que después un paciente en cama de Urgencias subiera a ese espacio disponible, y para que al final entre los 4 pacientes que ya estaban esperando ingreso por ambulancia, se les fuera dando conforme habían llegado.

Ahora piden la cabeza de Zoé Robledo, actual titular del IMSS, por todos los escándalos que están pasando a nivel nacional en la contingencia del coronavirus, cuando en realidad el Instituto está totalmente rebasado para brindar atención médica (atiende a 6 de cada 10 mexicanos).

Para una consulta con médico familiar, hay que esperar semanas, para estudios meses, para especialistas hasta más de un año, y muchas veces mejor uno compra el medicamento por fuera porque no hay.

Este año se le otorgarán al instituto 825 mil millones de pesos, pero las propias prestaciones a sus trabajadores y las pensiones están ahorcándolo, y con lo que está ocurriendo con la pandemia presionará más sus servicios.

Lo que le pasa al IMSS ya no es novedad, novedad será cuando empiece a mejorar lo que ofrece.

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