En lugar de echarle una mano al que da positivo, le arrojan piedras


Pandemia de ignorancia 

Parte 2 de 3

• Otra cosa sería si fuéramos un país un poco más civilizado


Oficialmente, en Zapotlanejo el primer caso de coronavirus fue reportado el 4 de mayo. En semanas anteriores una mujer pidió los servicios de salud para que fueran a su casa a valorar y tomar la muestra para conocer si en realidad era portadora de la enfermedad.

Ese mismo día sus "vecinos", si se les puede llamar así, fueron a la casa de la sospechosa de la enfermedad, dicen ellos que a tocarle la puerta para que explicara qué pasaba, pero la realidad es que fueron a gritar, a golpear la puerta y a aventar piedras. Al final, el resultado fue negativo, pero el acto de discriminación ya estaba hecho, el culpable, nadie fue, nadie hizo aspavientos, nadie exigió se investigara, todo siguió normal.

En mi trabajo, la paranoia comenzó desde marzo, todo se quería desinfectar, no se quería recibir personas, y si se recibían era solamente en la entrada, y la paranoia provocó cerrar muy anticipadamente, y es fecha que sigue cerrado. Pero tal vez el miedo era razonable, pues es una nueva enfermedad y nadie sabe qué tan grave puede llegar a ser.

En la familia, la cosa fue más razonable, el apoyo fue primero, salir de la situación lo segundo, y lo tercero fue el miedo a que alguien se contagiara. Ya íbamos de gane.

Me dijeron 21 días de aislamiento, ya llevaba varios antes de conocer el resultado, pero cómo alguien va a estar en aislamiento, si forzosamente debe salir al menos para comprar lo más básico. Y lo hice, sí, con las medidas de prevención, sí, con el riesgo de contagiar a alguien más, no, porque por eso son las medidas de prevención, para disminuir el riesgo de contagios. Recuerdo que un youtuber, diagnosticado con Covid19, salió al súper a comprar sus víveres, lo grabó, y fue crucificado en las redes sociales por irresponsable, asesino y demás. Se tuvo que disculpar, y no creo que le hayan quedado ganas de hacerlo de nuevo.

En lo personal, y como lo he dicho, no me agarré chupando las puertas del edifico del trabajo, tosiendo en la comida a un lado de una persona, esparciendo gérmenes por todos lados, como si los enfermos de coronavirus fueran una bomba que va fumigando por donde pasan. Que uno tose sí, estornuda sí, se toca la cara con las manos también, pero por qué cuando uno tiene gripa, infecciones, y hasta influenza, por qué todo es diferente. Recuerdo que en 2009, en tiempos de la influenza, era lo mismo, estornudaba o tosía alguien y era un pánico. Llegó la vacuna y todos le perdieron el miedo, pero en este 2020 las muertes por influenza siguen, porque la gente no se vacuna, no se cuida.

Es cierto que el tener una enfermedad no puede ser divulgada a nadie, por eso existe la protección de datos personales, pero por qué no se divulga, creo que lo primero es para evitar un acto de discriminación o hasta una agresión física, y lo segundo es la privacidad.

Serían un Zapotlanejo y un México diferentes si al momento de saber de un contagio tus vecinos dijeran, ¿en qué te puedo ayudar?, y no estar gritando como cavernícolas pidiendo que salgan todos los 37 contagiados que hay de coronavirus, para que ahora sí crean en la enfermedad, cuando son ellos los que están llenando las calles sin medidas de protección, haciendo fiestas, subiendo sus publicaciones de la red 5G, del nuevo orden mundial, de que si comes mil ajos te alivias de todo. Casi estoy seguro, de que cuando se enfermen de esto dirán que alguien se los inyectó, o se lo pusieron en el gel de la tienda o en el túnel del centro, pero de seguro no van a tener la culpa de nada.


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