Dios provee, siempre


Por Gustavo Gonzalez Godina


Mientras los muertos no sean tus muertos, no podrás entender la gravedad de la pandemia que estamos viviendo. Algo así dice en una lona que hay pegada a la entrada del Auditorio Morelos.


Mire que nos hemos cuidado, de no asistir a fiestas ni estar en medio de multitudes, vaya, ni a misa hemos ido excepto a una para despedir al padre Felipe en el Santuario (dos personas por banca), y sin embargo nos llegó una oleada de Covid que enfermó a cuatro de mi familia, a mí el último. Y en esas andamos…


Primero a mi hija mayor que empezó a estornudar y no le dio importancia, como padece de alergias pensó que sería una más, luego empezó a toser y ¡ay buey! ya no le gustó, le hablamos al doctor Hugo y dijo que fuera para hacerle una prueba: ¡Positivo!


Pensamos que se lo pegó su hija, muy joven, que no se abstiene mucho de salir y además tiene que ir todos los días a trabajar al Punto La Gloria, pero no, días después se sintieron mal mi esposa y mi hija más chica y fueron a hacerse la prueba, aprovechamos para que se la hicieran también a Mariana la incriminada. ¡Positivo! para las primeras dos y ¡Negativo! para Mariana, Ella no fue.


Y el lunes de la semana pasada me sentí mal yo, muy cansado primero, como con el cuerpo cortado después, como si me fuera a dar gripa, muy muy adolorido y me fui a acostar. “Si mañana no se me quita voy a ir a que me hagan la prueba”. ¡Positivo!


Y ahí estamos todos encerrados y tomando un montón de medicamentos, que compramos fiados porque están muy caros. Georgina se puso grave, no podía respirar, y al saberlo el doctor Hugo Bravo (nuestro ángel de la guarda) nos prestó un concentrador de oxígeno para que le ayudara.


Igual empeoró y el Médico ordenó que la internaran en el Hospital Regional, tenía Neumonía. En tres días se recuperó y volvió a casa, una preocupación menos. Mientras los muertos no sean tus muertos, no entenderás…


Del periodista y amigo Ramón Muñoz aprendí la frase: Dios provee, siempre. Y la recordé en estos días, me puse a escribir esto luego de que mi sobrina Rocío cumplió su promesa, me prometió hace unos días ayudarme a pagar los medicamentos y hace un rato recibí la transferencia de una cantidad que reunieron Ella y su mamá y que me servirá mucho.


Y no sólo Ellas. Mis amigos de Guadalajara se enteraron de que mi familia tenía Covid y me ofrecieron no sólo sus oraciones, sino apoyo económico si me hacía falta, les dije que yo les avisaría con toda confianza, pero que por lo pronto creía poder pagar la deuda que contraje para pagar las pruebas y medicamentos, unos 20 mil pesos apenas…


“No, ni madres -me dijo Ramón Orozco “el Indio” (como saben que no tengo esa cantidad)-, pásanos un número de cuenta para ayudarte”. “Sí es cierto, Godina -agregó Durán Muñoz en el chat- danos un número de cuenta”. Y luego Fernando Reyes Salazar, y luego Miranda Ortega… Les mandé una imagen de mi tarjeta de débito.


Hace un rato, después de recibir la transferencia de mi sobrina, apareció otro depósito, no sé de quién, pero Dios lo sabe y se lo tomará en cuenta. Y presiento que no será el único de mis amigos. Imagínese: oraciones y apoyo económico… Dios provee, siempre, dice Ramón Muñoz y tiene razón, soy afortunado.


Primero, el apoyo del doctor Hugo Bravo, sin el cual no sé qué habría pasado con mi hija Georgina, luego las bendiciones del padre Miguel Ángel Pérez Magaña, quien me dijo que ofrecería la misa por toda mi familia para que Dios dispusiera lo que fuera más conveniente, después el ofrecimiento de mi sobrina, a continuación el de mis amigos... La verdad, la verdad, tanta bondad me conmovió hasta las lágrimas.


Y miro -como dicen mis parientes que viven en California- en la tele, como se aglomera la gente, sin cubre bocas, en la protesta de los partidarios de Félix Salgado Macedonio afuera del INE, a cuyos consejeros amenazó éste un día antes con lincharlos porque le anularon la candidatura. No sólo a ellos, amenazó a la democracia entera, dijo que si no le devolvían su candidatura a gobernador no habrá elecciones en Guerrero.


Es la mafia del narcotráfico la que amenaza a Lorenzo Córdova y a los demás consejeros del INE que votaron por cancelar la candidatura de Salgado Macedonio, candidatura que muy probablemente le devolverá el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, del que AMLO tiene el control y es el jefe máximo de dicha mafia, pero por lo pronto Córdova y sus compañeros están demostrando ser unos valientes, lo que para mí es una garantía de que habrá elecciones limpias.


Pero me estaba desviando del tema. Veo a esa gente que protesta, amontonada y sin cubre bocas; la veo también en las playas, en las fiestas, y pienso que no les importa enfermarse. O mi familia tiene muy mala suerte, o toda esa gente la tiene muy buena.


Pero no, quizás tenemos mala suerte -si es que existe la suerte-, pero también tenemos fe, ésta sí existe y ayuda. No tengo palabras para agradecer a tanta gente que nos ha apoyado de una u otra manera, sólo puedo reiterar que creo a ciegas en la Divina Providencia, porque no es ésta la primera vez, ni la segunda, ni la tercera, que me saca de un problema. Y cada día estoy más convencido de que Dios provee, siempre. Gracias a todos.




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