Por Gustavo González Godina
Lo dijo muy acertadamente Ramón Muñoz de Loza la semana pasada: El Zapotillo le quitará agua a Tepatitlán. En su columna que se publicó el sábado 21 de agosto en este espacio, dijo textualmente: “Si los tepatitlenses en general han querido mantenerse al margen del pleito que representa la presa El Zapotillo, que tiene enfrentados a varios desde hace 15 años o más, con la visita del pasado fin de semana del presidente López Obrador, deben pensarlo dos veces”.
Y explicó: “El anuncio político de que la cortina de la presa se queda en 80 metros es políticamente correcto, pero técnicamente incorrecto. De hecho, ni a esa altura quedan contentos los “habitantes” del lugar (que no todos son oriundos, ni nativos del lugar)”
Y aquí viene lo bueno. Con mucha visión advirtió Ramón Muñoz de Loza: “López Obrador anunció que garantizará agua para la zona de Guadalajara y que no le dará de ahí (de El Zapotillo) a Guanajuato. Lo que no dijo Andrés Manuel y nadie ha reparado (en ello), es que no resolverá el abasto para poblaciones de Los Altos. Incluso, ya hay técnicos que le están echando medidas a la presa El Salto y al acueducto que viene hacia Tepatitlán para, en un descuido de los alteños, llevarse el agua a la Capital”.
Pues el descuido ya ocurrió, o está a punto de ocurrir, se anunció ya que el gobierno de Jalisco que encabeza Enrique Alfaro Ramírez le está proponiendo a Tepatitlán un convenio para intercambiar parte del agua (no se ha dicho qué parte, podría ser la mayor) que viene por el acueducto de la presa El Salto a Tepatitlán, por obras -dice- de infraestructura.
Ciertamente la presa El Salto, que se construyó en Valle de Guadalupe en 1992 al terminar el mandato de Guillermo Cosío Vidaurri, se hizo con el fin de dotar de agua a la zona metropolitana de Guadalajara, pero nunca se construyó el acueducto necesario para conectarla con la Presa de Calderón, se mantuvo como un elefante blanco hasta que autoridades de Tepatitlán gestionaron los recursos necesarios (vía préstamo que aún se está pagando) para traer parte de esa agua de Valle de Guadalupe a Tepa, esto 24 años después de la construcción de la presa.
El gobierno del Estado no puso ni un centavo para la construcción del acueducto que costó 489 millones 600 mil pesos, prestó dinero que es diferente, el costo lo asumieron la Comisión Nacional del Agua y el municipio de Tepatitlán que, como decíamos, aún está pagando la deuda.
Es verdad, la presa no es propiedad de Tepatitlán, sino como todos los cuerpos de agua es propiedad de la nación, y ya sabemos que todo lo que es propiedad de la nación lo administra el gobierno federal, así que éste puede decidir para quién es el agua de la Presa El Salto, y si ya decidió que va a ser para Guadalajara y no para León ni para Los Altos, ya no hay mucho que hacer, pero el acueducto sí es propiedad de Tepatitlán y Tepatitlán puede y debe decidir a dónde debe ir el agua que circula por éste.
Así que hay un conflicto en puerta y el gobierno de Enrique Alfaro lo sabe, la gente de Tepatitlán no va a aprobar que parte (la mayor parte quizás) del agua del acueducto se vaya a Guadalajara, mientras que aquí tengamos que volver a la escasez y a los tandeos. La gente no lo va a permitir, pero el gobierno municipal me temo que sí. Quizás con un gobierno municipal de mayoría panista como el que está a punto de entrar, se le dificulte un poco más al gobierno del Estado sacar el convenio que quiere, pero con un gobierno de su mismo partido como es el que está a punto de salir será mucho más fácil.
Por eso mismo ya se está convocando a una reunión extraordinaria del cabildo para aprobar ese asunto, el de intercambiar con el Estado agua del acueducto por obras de infraestructura, les urge, Movimiento Ciudadano ya se va del Palacio Municipal, pero antes de irse quiere cumplirle ese deseo al gobernador Enrique Alfaro, que sabe que no tendrá agua de la presa El Zapotillo y la solución que encontró fue quitársela a Tepatitlán.
No va a ser mañana, ni pasado mañana, esto no es de un día para otro, para empezar, tienen que llenar la presa de El Zapotillo a 50 metros de altura de la cortina, ni siquiera a los 80 que ya fueron construidos, para argumentar que de ahí no hay agua para Guadalajara; para continuar tienen que construir otro acueducto desde Tepatitlán hasta la Presa de Calderón, pero más tarde o más temprano se van a llevar el agua de Tepa a Guadalajara.
Eso, si como dice Ramón Muñoz, los tepatitlenses se siguen manteniendo al margen del pleito que representa la presa El Zapotillo, y ahora el pleito que representará el agua de la Presa El Salto. Sacarle agua al acueducto va a demorar un tiempo, pero firmar el convenio entre el ayuntamiento de Tepatitlán y el gobierno de Estado, eso ocurrirá en los próximos días, si es que nadie dice esta boca es mía.
Yo no digo que haya que pelear con el gobierno del Estado por este motivo, tanto derecho tienen al agua los tapatíos como los tepatitlenses, pero por lo menos que no se haga esto a espaldas de estos últimos y que haya transparencia, que quede claro cuánta agua se van a llevar y a cambio de qué concretamente, cuáles obras de infraestructura va a hacer aquí el gobierno de Enrique Alfaro a cambio. Y si no es así pues habrá qué pelear, dicen que la tercera y última guerra mundial va a ser por causa del agua que ya no alcanza para todos los humanos, entonces, lo que se ha de pelar que se vaya remojando, que alcance, aunque sea para esto.
Una cosa es segura, si se firma ese dichoso convenio en estos días, y el gobierno del Estado nos agarra de pendejos, Tepatitlán nunca se lo perdonará a la señora María Elena de Anda.
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