Sumario

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El que a hierro mata...


No sé si en Los Altos de Jalisco se enteraron los lectores del 7 días de la masacre ocurrida en días pasados en el sur de Veracruz, supongo que la mayoría sí, y como conocimos de cerca y durante años al cacique ejecutado junto con su suegro y tres policías, pues éste fue el comentario que publicamos esta semana en el Diario Política de la capital veracruzana:


"Se veía venir" -dijo el secretario de Gobierno Reynaldo Escobar en relación a la ejecución de Cirilo Vázquez Lagunes, en Acayucan, el domingo pasado-, "el que a hierro mata a hierro muere", agregó tras de señalar que el hoy difunto, hasta la noche del martes insepulto, mantuvo su cacicazgo en el sur a sangre y fuego, dando a entender así que no podía morir de otra forma.


No sé si un funcionario de su nivel sea el más indicado para decir eso, pero yo que conocí a Cirilo Vázquez y tuve noticias de primera mano acerca de lo que hizo durante años, por primera vez estoy de acuerdo con lo que dice el número dos del gobierno de Veracruz, y agregaría incluso que ya hasta se habían tardado, eran demasiados los enemigos que tenía. Ya habían tratado de matarlo, entre otros el gobierno cuyos policías mataron a Fernando López Bouzas al confundirlo con él. Esta vez la mafia no se equivocó.


No hay mucho que buscarle en relación a la muerte del Cacique del Sur como le llamaban. Los problemas graves para él comenzaron el año pasado cuando el comandante de la policía de Huimanguillo, Tabasco al frente de un grupo de pistoleros dieron muerte a seis personas, entre ellas a dos de apellido Valencia, de Michoacán.


Luego agentes federales trataron de detener a dicho comandante y el alcalde perredista de Huimanguillo se opuso y lo defendió. Después en abril de este año se perdieron dos toneladas de cocaína, de un cargamento de tres, la otra fue dejada a bordo de un trailer en la autopista Cosoleacaque-La Tinaja cerca de Sayula de Alemán, y se dio aviso de ello a la AFI en Acayucan, que se anotó así "un éxito" con ese decomiso.


Eso no se podía quedar así. En mayo un numeroso grupo de pistoleros disfrazados de policías federales secuestraron en Villahermosa a Ponciano Vázquez Lagunes (compadre del alcalde de Huimanguillo), a quien luego de 15 días de torturarlo fue asesinado junto con otras personas que lo acompañaban.


Luego asesinaron hace una semana al alcalde de Huimanguillo y finalmente a Cirilo Vázquez Lagunes, a su suegro en turno (padre de su última pareja sentimental, la alcaldesa de San Juan Evangelista) y a tres policías de ese municipio que le servían de escolta.


La cocaína que se perdió y que presuntamente fue llevada a Tabasco, era propiedad del Cartel del Golfo; y cuando detuvieron a Mateo Díaz López alias el "Comandante Z-10" confesó que él y su grupo de "Zetas" habían dado muerte a Ponciano Vázquez.


Y después de Ponciano el tal Mateo Díaz o "Comandante Z-10" ejecutó en julio de este año a un narcotraficante llamado Carlos Mario de la Cruz Magaña (a) "El Katty", a quien lo acribillaron en una calle de Cárdenas, Tabasco pero no murió ahí, sino que lo remataron en una clínica donde estaba hospitalizado, y aún se dieron el lujo, cuando lo iban a enterrar, de llegar y rociar la caja de balas. Por eso tanta vigilancia en el velorio de Cirilo Vázquez Lagunes, porque se temía que, si se trata de la misma banda de sicarios, repitieran lo que hicieron cuando el sepelio de "El Katty".


Incluso, después de asesinar este domingo a Cirilo, a su suegro y a los policías, los pistoleros fueron y dispararon alrededor de 150 balazos contra la puerta de su casa en El Mangal.


Así que no hay mucho que buscarle ni demasiado para especular, el que mal anda mal acaba. Ya antes de lo de la cocaína que alguien se robó, había escuchado yo la versión de que Cirilo Vázquez, engallado como estaba con el poder político que venía adquiriendo con el apoyo del PAN, pretendía cobrarle una cuota a la mafia por permitir el paso de la cocaína por la región que controlaba, y que eso le iba a traer graves problemas. Se los trajo.


Difícilmente se podrá saber si él tuvo algo que ver con lo de las dos toneladas de la droga, o si esto fue sólo cosa de su hermano Ponciano y del compadre de éste el alcalde de Huimanguillo, pero sin duda están conectadas las ejecuciones de los tres.

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