Tepatitlán en el Tiempo

Remozamiento

Por Juan Flores García

Nuevamente el centro de nuestra población se modifica. Vemos como algunas obras materiales han cambiado el aspecto de nuestro Tepa, sobre todo la Plaza de Armas.
Para darnos una ida de cómo pudo lucir cuando se pobló. Para saber algo de nuestra historia, mencionaremos la intervención de los Estados Unidos contra México y de la derrota sufrida por tan desastrosa guerra, a principios del año de 1847, el Presidente de la República, Dr. Valentín Gómez Farías, decretó la incautación de bienes del clero, en respuesta a la negativa de la Iglesia de aportar grandes cantidades para costear los gatos de la guerra de intervención norteamericana.

El general Santa Anna fijó a Jalisco en 24 de agosto de 1847 un préstamo forzoso de un millón de pesos, tocándole a Tepatitlán pagar 1,549.50 reales y dos granos. Pasada esta guerra, el 13 de febrero de 1848, las autoridades civiles dieron un toque de belleza y sanidad a Tepatitlán al iniciar el empedrado de sus calles. Como vemos, antes de esa fecha se pisaba sobre la tierra suelta. Por esos años 1849, Tepatitlán, seguía extendiéndose al poniente y al ponerse en venta lotes en lo que sería la Plazuela del Tepetate, después se llamaría de Guadalupe en honor a la Virgen Guadalupana, pero siempre la seguimos llamando del Tepetate, actualmente Centro de Salud.

Don Ramón Ramírez compró este primer terreno, después se hizo cargo del mismo el gobierno municipal bardeándolo a una altura que pudiera servir como banca para sentarnos y plantando algunos árboles al lado poniente y con una sencilla banqueta de ladrillo corriente al interior. Este lugar tuvo muchas modificaciones, sirviendo siempre como centro recreativo, hasta la última construcción llevada a cabo por el gobierno, encabezada por el presidente municipal José de Jesús Padilla Aldrete en el año de 1941, con cancha deportiva y juegos mecánicos infantiles, hasta el año de 1963, para construir el mencionado centro de salud.

Asímismo, otro centro de recreación, como es considerado nuestra Plaza de Armas, según el tiempo y los medios económicos de las autoridades en turno, hacían remozamientos a nuestras tantas veces mencionado lugar de diversión que tuvo Tepa en el centro, para que sus habitantes nos divirtiéramos escuchando aquella magnífica banda municipal, que colocados los músicos dentro del kiosco, ejecutaban las magníficas piezas musicales. Los chamacos nos divertíamos jugando a media calle sin peligro alguno y los jóvenes dando vueltas alrededor conquistando a las muchachas con el intercambio de flores. El jardín lucía muy bien cuidado por el jardinero que era respetado por los muchachos, no faltaba algún vago que se atrevía a destrozar algunas flores, pero así le iba con la vara de membrillo que usaba don Regino.
Este señor estuvo, si no nos equivocamos, por los años 30-40 para acá. Al tiempo que estuvo el portal de los Héroes junto a la parroquia que estaba muy arbolada y estaba en uso el anterior Kiosco, sus sencillas bancas y no tan abundantes, esperaban que las ocuparan quienes iban a pasar su tiempo libre, respirando aire puro. Se reunían como hoy, los señores para "banquear" platicar los acontecimientos de otros lugares de boca de los arrieros que llegaban, por ellos se sabía que algunos días de retraso por su largo viaje que hacían. Esto era interesante para ellos; contar unos de los que veían y sabían y otros escuchar.

En cuanto al portal tan mencionado, se componía de locales comerciales; en la esquina de la calle Esparza frente a la casa de don Lucas González Rubio y tienda La Barata, hoy Almecenes Tepa.

Jesús, hermano de don Lucas, tenía una tienda de ropa. Al lado, al oriente, había una tienda mixta, su dueño era Evaristo Rivera, papá de Joaquín y abuelo de nuestro amigo José Luis Rivera Navarro, don Evaristo nació en 1850 en Tepa, hombre muy adinerado y distinguido miembro de la sociedad. En la revolución de Villa y Carranza, el dinero -oro y plata- hizo pobres a mucha gente porque estos lo recogieron y lo convirtieron en billetes que no tenían respaldo legal por no haber un constituido gobierno. A estos billetes les llamaba la gente "bilimbiques" porque cuando Villa entraba a los pueblos, hacía circular estos de él y lo mismo hacía Carranza, dejando sin valor el billete de Villa y nomás los de él, causando la pobreza.

Esto le sucedió a Evaristo con su capital y Joaquín su hijo, lo siguió sosteniendo hasta su muerte en 1935. Un tercer local de los que mencionamos enseguida de esta tienda, era de un señor de apellido Franco y vendían vino. Por esos y tiempos ya, cuando los parroquianos se ponían demasiado alegres, les daba por disparar sus buenas armas provocando mucho desorden. En el último local había una tienda de abarrotes, ésta ya terminaba en la esquina frente al portal. Separaba este lugar un espacio de la Parroquia, nomás la banqueta, que por lo visto no era usado para paso necesario y según eso, había pura basura la que nadie recogía.

Las siguientes renovaciones en la Plaza fue una de 1933, despojando de los árboles que eran naranjos y haciendo unas piletas que estaban llenas con agua, una en cada esquina del jardín. Otro arreglo tuvo lugar en 1958, cuando se pavimentó alrededor en las calles y arbolando nomás los jardines y cambiando el piso en la administración de un año de Ramón Padilla como alcalde, luego en 1977, sigue otro cambio colocándose los actuales árboles que nos producen esas sabrosas toronjas y cambiando el piso que hoy pisamos, siendo la administración de Jaime Padilla -Chamuto- y un cambio de vista a los prados lo tuvo en 1933 tumbando los viejos pinos y dejando los frondosos laureles de la India.

Que bueno es ver los adelantos para dar cabida a la gran cantidad de gente que transitamos las calles, capoteando a los veloces carros que tanta prisa llevan sus conductores. Que sigan pues las grandes obras para embellecer a nuestro querido pueblote y con esto decimos que así fue Tepa en el tiempo.