Tepatitlán en el Tiempo

El correo

Por Juan Flores García

El servicio de correo en nuestro terruño existe más o menos desde el año de 1835, la primer oficina de correos, según alguien de muy buena memoria y de más de un siglo de vida, estuvo en la cuadra frente a la comandancia de policía, en la finca que fue de don Vicente Navarro, en ese lugar por mucho tiempo se recibieron las buenas y malas noticias. Después, la oficina estuvo en la calle Lerdo, en la finca que fue temporalmente del curato, a un costado de la casa cural. Cuando ya la conocíamos en otro lugar conocimos también a don José Peña repartiendo las cartas en su caballo. Con el tiempo se fue ampliando el servicio postal. Otro domicilio del correo lo fue en Galeana 96 lugar que ocupó la oficina de los camiones que hacen el servicio a Mezcala. Otro lugar para esta oficina fue en la casa de doña Julia que fue también curato, cuando el anterior se convirtió en Plaza Morelos. Como vemos, ha tenido muchos lugares la oficina de correos: la penúltima en la que por tantos años permaneció fue en la calle Esparza 149, cambiándose al remodelarse esa finca a un anexo de la misma, por la calle Colón en el número 17.
En todos esos lugares, dejaron los mejores años de su vida hombres incansables, servidores del pueblo, jóvenes que empezaron desempeñando ese tan mal comprendido empleo, soportando las inclemencias del tiempo durante todo el año. Bajo un sol ardiente, en el temporal de lluvias, el intenso frío, nunca les impidió llevar a nuestros hogares la noticia feliz o desagradable. Estos caballeros del servicio postal, que en aquellos tiempos juveniles cargaban sobre el hombro esa bolsa que contiene diferentes sobres, no han sido reconocidos las más de las veces como se merecen. Los consideramos simples servidores públicos, por el solo hecho de pagar el precio de estampilla. Estos amigos nuestros, los carteros, percibían un sueldo tan raquítico, que sólo por la vocación de servir hacen con gusto un trabajo tan agobiante. En nuestro Tepa hay por lo menos 12 mil hogares, el reparto de correspondencia lo hace un reducido número de carteros. Los nombres de algunos de los primeros empleados, administradores, don Carlos Luna, don Juan Castañeda, don Salvador Robledo, don Francisco Alvarado de la Cruz, don Cecilio Pérez Mora, don Pedro Barriga Gaona, y don Alfredo González que recibió la administración en el año de 1972. Nuestros carteros fueron: don Juan Ramírez, don José Peña, don Pedro Cabrera, papá del “Nano”; don Lupe Paredes, don Gerardo Ramírez, don Alfonso Franco y los últimos tan conocidos por nosotros, que fueron viendo el crecimiento tan rápido de nuestro Tepa, que les multiplicaba el trabajo y les tocaba trabajo llegar hasta los más apartados rincones de nuestra ciudad. Don Miguel Romero, don Andrés Ríos, don Antonio Ibarra, don José Gutiérrez “El Mona”. Estos andadores del pueblo, que con su peculiar silbato nos hacían salir para recibir las cartas. Así, cuando acordamos se nos vino el tiempo encima. Todos ellos son parte de la añoranza del pasado, participantes directos de una vida cómoda, barata. Repartían aquellas cartas con una estampilla de 10 centavos al interior del país y al extranjero por ahí como unos cuarenta centavos o menos. Para bien, hoy cuentan con un lugar propio que les proporciona comodidad, y los actuales carteros unos supliendo a su padre en el trabajo, llevan a los modernos lugares del Tepa actual la noticia escrita por familiares o amigos; pero también esto ha cambiado, no solo la carta la entregan, sino todo tipo de propaganda, avisos de teléfono y diferentes folletos de los que hace uso el comercio. Así que Juan Ríos, Humberto Gutiérrez Orozco y su hermano y demás compañeros, pedaleando fuerte como lo hicieron sus queridos padres a seguir entregando correspondencia, porque así fue Tepa en el tiempo.

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