Padre Miguel Angel

Veneno para las suegras

Por el padre Miguel Ángel

Hace mucho tiempo, una joven llamada Ana se casó y fue a vivir con el marido y la suegra.
Después de algunos días, no se entendía con ella. Sus personalidades eran muy diferentes, y Ana fue irritándose con los hábitos de la suegra, que frecuentemente la criticaba. Los meses pasaron, y Ana y su suegra cada vez discutían más, y peleaban.
De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra, y obedecerla en todo. Ana, no soportando más vivir con la suegra, decidió tomar una decisión, y visitar a un amigo de su padre. Después de oírla, él tomó un paquete de hierbas y le dijo:
-No deberás usarlas de una sola vez, para liberarte de tu suegra. Cada dos días, pondrás un poco de estas hierbas en su comida. Ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás tener mucho cuidado, y actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda, tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones.
Ana respondió:
-Sí, haré todo lo que usted me dice.
Quedó muy contenta, agradeció al Sr. Huang, y volvió muy apurada, para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra. Pasaron las semanas, y cada dos días, Ana servía una comida especialmente tratada a su suegra, y la trataba como si fuese su propia madre.
Después de seis meses, las cosas habían cambiado, había controlado su temperamento, y casi nunca aborrecía a su suegra. En esos meses, no había tenido ni una discusión con su suegra, que ahora parecía mucho más amable, y más fácil de tratar.
Las actitudes de la suegra también cambiaron, y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.
Un día, Ana fue nuevamente con el Sr. Huang, para pedirle ayuda, y le dijo:
-Querido Sr. Huang, por favor, ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable, y la amo ahora como si fuese mi madre. No quiero que ella muera por causa del veneno que le di.
El Sr. Huang sonrió, y señaló con la cabeza:
Ana, no tienes porque preocuparte. Las hierbas que le di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en su mente, en su actitud, pero fue echado fuera, y sustituido por el amor que tú le das ahora.
En China existe una regla que dice:
"La persona que ama a los otros, también será amada".
La mayor parte de las veces, recibiremos de las otras personas lo que les damos, y por eso ten cuidado, y acuérdate siempre:
"El plantar es opcional, pero la cosecha es obligatoria; por eso ten cuidado con lo que plantas".
Con mucha insistencia Dios nos dice en la Biblia:
No odies en tu corazón a tu prójimo.
No resistas a los malvados, sino que por el contrario, preséntale la mejilla izquierda al que te abofetee la derecha.
Dale al que te pide algo y no vuelvas la espalda al que te solicita algo prestado.
Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, así serán hijos de su Padre que está en los cielos.

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