Tepatitlán en el Tiempo

Mayor población

Por Juan Flores García

Los recuerdos junto con las emociones se dejan ver por doquier, los años pasan… la vida se va y los recuerdos quedan, decían nuestros mayores y qué cierto es. Nos acordamos ahora que allá arriba donde está el portal frente a la parroquia de la Sagrada Familia, que ya se estaba vendiendo terreno en lotes para fincar. Para el tiempo y el valor del dinero –años sesenta- se nos hacía caro a como vendían pero poco a poco la gente que tenía tiempo que sus familiares trabajaban en el norte como decíamos, y con los dólares que mandaban fueron comprando su lote y fue ocupando aquellos terrenos que usábamos los muchachos para ir a jugar resortera en mano, por este tiempo de aguas cuando todavía no se usaba el insecticida.
Había de toda clase de animales que a unos matábamos –como en cualquier época se ha manifestado la maldad del hombre desde pequeño- otros animales, ya al regreso, nos llevábamos algunos como: varias ranitas, culebras pequeñas, tortugas, ardillas y algún conejo pequeño. Grandes árboles poblaban esos lugares como los fresnos, zapotes y eucaliptos y otros. Eran usados para sombrearnos cuando íbamos camino a las antiguas colonias en estos días de vacaciones escolares y en tiempo de elotes. Puro campo abierto era entonces a principios de los años 60s hasta más allá al norte donde están los Viveros, y al poniente, La Gloria. Así se llamaba la hacienda que existió. Pues resulta, que cuando supimos que se estaba fraccionando y vendiendo lotes, se propuso hacer una iglesia más amplia con un templo para esa comunidad que habitaría en ese espacio. Para tal fin, se buscó al donador del terreno para esta obra, y si no nos equivocamos, fue Elpidio González de la Mora el donador. Se corrió la voz entre los habitantes y el día 31 de octubre de 1969 –hace casi cuarenta años- que asistíamos a la colocación de la primera piedra, del templo de la Sagrada Familia.
Reinaba en la Iglesia nuestro Santísimo Padre el Papa Paulo VI. Asistieron a éste acto solemne, el Sr. Dr. D. Francisco Javier Nuño que se dignó bendecir y colocar la primera piedra de ésta iglesia dedicada a la Sagrada Familia. Asistieron a este solemne acto; El Sr. Cura D. Juan Neupoceno Gaytán Zarate, los presbíteros D. Antonio López –de feliz memoria- D. Jorge Elías Chávez, D. Alberto Calderón, Felipe de Jesús de Alba, D. Agustín Soria, el R. P. Felipe Plascencia religioso del corazón de Jesús y Santa María de Guadalupe, el sr. D. Elpidio González de la Mora, Dr. Jesús González Martín –el doctor Chuy- Presidente municipal de Tepa- Sr. Elías González de la Mora, Ing. Rosendo González de la Mora, Arq. Jaime González Martín.
Esta ceremonia fue a las seis de la tarde con la asistencia de mucha gente que presenciamos este acto que nos llenó de alegría porque tendríamos una parroquia más para cubrir las futuras necesidades eclesiásticas. Como todas las obras de la iglesia se comenzó a construir con la ayuda del pueblo en su gente que responde al llamado para cooperar. Mientras la obra se hacía poco a poco, el crecimiento poblacional era notable. Nace la primera avenida en nuestras calles en el “barrio alto” que se llamaría: Calzada González Gallo y con el tiempo, dado su crecimiento al poniente continuaría la calle Bartolo Hernández que no llegaba más allá de la calle Allende.
Así, el tiempo que avanzaba la obra de la Parroquia, se construyó la Escuela Preparatoria que tanta falta hacía para la juventud estudiosa, en el lugar donde se encuentra a una cuadra de la Sagrada Familia rumbo a los Viveros. Luego la sub-estación de energía eléctrica, y luego el mencionado portal que da cierto toque de antigüedad. Para el año de 1971, éste templo de estilo moderno, entró en servicio quedando dividida la jurisdicción territorial de San Francisco de Asís hacia el sur, con la dirección de la calle Allende de la ciudad de Tepatitlán para continuar por esta calle y seguir por la 20 de noviembre. Su primer párroco fue el Ar. Pro. D. Jorge Elías Chávez que tomó posesión de su cargo el 15 de junio de 1972. Cosa curiosa pasó con ésta nueva parroquia.
Al quedar dividida la parroquia de San Francisco, los vecinos, acostumbrados a una sola Parroquia, no aceptaban pertenecer a la nueva, sobretodo, los vecinos de edad madura. Como en todo sucede, el cambio extraña pero luego se adapta. Es así que los que conocimos el campo abierto de ese lugar y pasados los años, no nos acostumbramos al cambio, pero es normal, y la vida sigue su camino hacia el final y, mientras llegamos, decimos: que así fue Tepa en el tiempo.

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