Los mecánicos

Por Juan Flores García

Mecánico: persona que maneja y arregla máquinas. ¿Quién fue el primer mecánico en Tepa? No lo sé, pero al que más pronto conocí fue a Jesús Gómez de la Torre. La familia Gómez de “la Plazuela”, compuesta por los hermanos José Refugio, Jesús, Miguel, Ramón, Salvador, María de Jesús, Antonio el pinico, Raquel Y Josefina, todos los hombres de esa familia se dedicaron en alguna época de su vida a la mecánica. Menciono a Jesús como primer mecánico, porque con el nos íbamos a Guadalajara hace setenta años y creo que solo se fue enseñando a componer el coche que manejaba. Era uno de aquellos de capacete de lona, quien sabe qué modelo sería.
Su padre don Antonio, hermano de don Filomeno, había sido arriero y como ya nacieron con sangre de camino, al dejar el oficio de arrear animales, empezaron a comprar coches para hacer viajes a Guadalajara, precisamente en uno de esos viajes en tiempos de aguas, por el rumbo de Piedra Amarilla, algo le pasó al carro que manejaba Jesús y él, de un palo de huizache grueso, hizo con una navaja una especie de perno que estuvo listo entre que cuenta chistes y se ríe, forjando aquella “refacción” (tenía un gran sentido del humor.
Colocada la pieza proseguimos el viaje. A veces nos íbamos con Nacho de la Torre, hermano de nuestro buen amigo Ramiro, quien también echaba mecánica. Por ese entonces estaban solteros. También el buen humor de Nacho nos hacía más corto el camino. Otro pionero de la mecánica lo fue don Germán Estrada.
Pasado el tiempo, cuando ya dejaron de viajar, el taller de Jesús y sus hermanos lo tenían en la calle afuera de su casa, siempre había trabajo pero no estorbaban, tenían a lo largo de las calles Aldama y Cabañas, carros desarmados. Así fue el principio de este oficio allá por los años cuarenta. Después Jesús tuvo su taller por la calle Hidalgo. También don Víctor Plascencia tenía taller por la calle Aldama pasando a Independencia.
Llegaron luego de Estados Unidos los hermanos Ramírez, (los trinques) y pusieron su taller allá por el "Toreo". Así mismo ya en el "Volcán" estaba el taller de Camiones de los Altos, el cual se aumentó el número de mecánicos. De este taller salió y está en su local nuestro amigo Ramiro de la Torre.
¡Qué cómodo es mencionar a los buenos maestros! ¡Qué gusto da tratar con los que hablamos del pasado!, porque nos ilusiona, nos conforta y nos hace sentir jóvenes. Ya lo hemos dicho tantas veces, "el corazón no envejece, el cuero es el que se arruga". Así mismo lectores proseguimos narrando aquello que nos recuerda a las primeras personas que nos legaron cada uno su condición humana de honradez y trabajo. Los iniciadores, todos ellos, que dejaron en los suyos sus conocimientos, como en el caso de Jesús y José Refugio Gómez, el primero nos dejó a su partida sin vuelta a su hijo Lupillo, que muy jovencito siguió trabajando para que también sus hermanos aprendieran el oficio. El segundo nos dejó a Juan Pedro y sus hermanos.
Don Víctor Plascencia, después del primer taller que mencionamos se cambió a otro lugar allá por la carretera, tenía también huesario y le trabajaba como mecánico, su inseparable compañero y discípulo Chuy. Así en aquellos tiempos de tan pocos automóviles, estos primeros mecánicos se hicieron a fuerza de componer sus propios vehículos. Hoy son motivo de recuerdo. Ellos en su trabajo requerían de refacciones también, y si mal no recuerdo el primer dueño de refaccionaria lo fue don Francisco Ascencio, que inició por la calle Real (Hidalgo) frente al antiguo Hotel Navarro, tuvo también como empleado de confianza a nuestro buen amigo Olegario Morelos el Gallo.
Este novedoso oficio de mecánico, encontró eco en muchos jóvenes deseosos de conocer el complejo mecanismo de un motor. La gran cantidad de carros que tanto usamos por lo lejos que hemos hecho los lugares, al no caber ya en aquel añorado espacio que fue Tepa, creó la necesidad de muchos talleres que hoy existen y que se salieron a la orilla del pueblo, sobre la carretera. A veces decimos que no hay como aquellos tranquilos lugares, como en la calle en que Jesús Gómez y sus hermanos trabajaron en la mecánica sin estorbar, aunque estuviera la cuadra llena de chasis para carro, imagínense ahora que no hay espacio ni para estacionarse, por eso decimos que así fue Tepa en el tiempo.

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