A don Juan Flores García

Es innegable que en el transcurso de estos últimos veinte en los que algunos hemos sido capaces de recordar, unos más de trasladarnos en el tiempo y conocer (a través de la imaginación) como era nuestro Tepa, meternos en los personajes y lugares que se nos menciona semana a semana, jugar los juegos con los que nuestros abuelos y padres se divertían, los lugares que frecuentaban, las carencias que tenían, el pequeño gran mundo en el que vivían y cómo lo disfrutaban, la unión que predominaba entre amigos y familiares, sin distingos ni preferencias, lo sano que vivían, la honestidad que se respiraba, la limpieza de sus habitantes y de su pueblo, el hecho de ver cómo iba caminando su estructura, creciendo las familias, unos que se iban, añorando su terruño y que aún ahora lo siguen haciendo, otros, la mayoría que dejaron su vida en su gran hogar que es Tepa, ahora caminamos por nuestras calles y ya no vemos alguna construcción que en algún relato se nos mencionó, porque el paso del tiempo y con las necesidades fue destruido y levantado uno nuevo, sólo nos lo imaginamos, ya no disfrutamos de la presencia de algunas personas pero a través de estos pasajes los seguimos teniendo presentes.

Para muchos de nosotros se ha convertido en un hábito el hecho de que semana a semana, tengamos que leer este relato, tan ameno y de fácil lectura, que ya lo hemos adoptado como nuestro, más aún que ahora es parte de nuestro Tepa, en el que nos da alegría que en alguno de ellos se mencione a algún familiar, vecino o conocido, que se haga alusión a algo que nos tocó vivir cuando éramos pequeños, jóvenes o adultos, y que por las prisas en las que vivimos lo hemos olvidado, cuantos personajes que han pasado por estos relatos ya no están entre nosotros y que si les tocó leerse en alguno de ellos, y volvieron a sonreír al recordar como era su Tepa, y seguro que se ubicaron nuevamente en su niñez.

Personajes como: Filomeno Gómez, José Peña Romero, Mónico Orozco, Martín Pozos, Rosendo Estrada, Luis Ornelas, Rosalío González, Ramón Franco, Eusebio, Lupita Becerra, don Tanilo, entre tantos otros; los lugares como: La plazuela, el cine Morelos, nuestros templos, la plaza de toros, la alameda, los baños del edén, el colegio Morelos, el zanjón del diablo, el colegio Chapultepec, el curato, el antiguo mercado…

Eventos que marcaron la historia de Tepa como: La carrera ciclista, cuando se reventó el río, el día del deportista, el agua potable, la fiebre aftosa, la caravana del hambre, el servicio militar, los que tenían algún oficio o profesión; los cargadores, los maestros de antaño, los lecheros, los vendedores de agua, el coro, los campaneros, los doctores, los pintores, los electricistas, los peluqueros, los sastres, nuestros sacerdotes, las reinas.

Relatos todos ellos que trascendieron más allá de las fronteras, y que han quedado guardados en cuatro tomos de su libro Tepatitlán en el Tiempo, y que al mismo tiempo se puede disfrutar de sus lecturas en la Hojita Parroquial y el semanario 7 días, así como en el internet.

Mil relatos en todo este tiempo, y el autor, Don Juan Flores García, nos ha hecho ser nuevamente, niños o jóvenes, nos ha permitido viajar en "El túnel del Tiempo" y conocer lo que nunca vimos, saber y aprender de los demás, aún sin haberlos conocido, mil relatos se dicen fácil, pero imagino que no lo fue.

Sirva este relato como un homenaje que por estas líneas y a petición de muchos de sus lectores se les brinda a don Juan Flores García, hombre honorable, y de gran estima, esposo amoroso y mejor padre, que a lo largo de su vida a demostrado ser una persona valiosa, y así lo manifiestan la gran cantidad de personas que lo admiran y respetan, que ha entregado todo de sí para el bien de muchos, ayudando siempre al que lo requirió, brindando consuelo y atendiendo a los jóvenes que a el se acercan para pedir un consejo, o el apoyo para alguna tarea, accesible con los que se han tomado la molestia de ir a entrevistarlo, nunca les ha negado la misma, manteniendo siempre la humildad que le ha caracterizado, gracias a don Juan Flores por darnos de su tiempo a través de esta amena lectura, sin estos relatos quizá muchos de nosotros no conoceríamos nuestras raíces y no podríamos presumir a nuestros visitantes lo bonito que es y ha sido nuestro Tepa.

Ahora ya cansado y enfermo, viviendo de sus recuerdos y en ocasiones en profunda soledad sin estarlo, se sigue manifestando, contándonos "sus historias" reviviendo sus anécdotas, siempre alegre aunque la vida para él ya no sea la misma, sin tres de sus seres queridos, apegado siempre a Dios y sin desesperarse aceptando lo que el destino le depara, luchando por ser feliz.
Don Juan... Gracias por darnos de sí para conocer a los demás, gracias por haberse tomado la molestia de relatarnos lo que un día fue, don Juan... Gracias por estar aún entre nosotros y seguirnos mostrando la película de nuestro Tepa, don Juan... siga adelante en este caminar.
"¡Tú puedes papá!"

A todos los asiduos lectores a este relato, y a quienes lo transcriben, hemos de pedirles una disculpa por habernos tomado la libertad de usurpar este espacio que pertenece por "derecho propio" a Don Juan Flores pero creímos pertinente que por este mismo medio y a petición de muchos de ustedes rendir este pequeño homenaje a Nuestro Querido Padre.

Familia Flores Orozco.

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1 Comentarios

  1. Me gustaria saber mas hacerca de los baños del eden en donde pase gran parte de mi niñez. Y que desafortunadamente me entere que fue destruido para construir nuevas casas.

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