La Cristera llegó a Capilla

+ En julio de 1926 se suspendieron los cultos
+ Volvieron en 1929 y la gente rebasó el templo

El 30 de julio de 1926 a las 11 de la noche en el templo parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe, en Capilla de Guadalupe, quedó clausurado el culto público.

Es cierto que la celebración de la Santa Misa prosiguió en casas particulares y las personas seguían comulgando los viernes primeros de cada mes. También en domicilios privados se prestaba atención a las necesidades espirituales más apremiantes de los fieles.
Durante la Revolución Cristera fue ahorcado el Sr. Cecilio Gómez en el rancho de la Tinaja por no decir donde se encontraba el Padre Cornejo.
El valor y el celo sacerdotal del Padre José Idelfonso Cornejo Gallo, fue muy notorio en esos años anormales y difíciles por los que atravesó la Parroquia pues no abandonó a sus fieles, sino el heroísmo ejemplar los atendió en sus necesidades espirituales, exponiendo su vida varias veces. Pasó por todos lo peligros, incomodidades y penurias dando siempre prueba de arrojo y valentía, en misiones especialmente arriesgadas y compartidas.
El Párroco don José Inés Morales se vio obligado a abandonar su Curato y refugiarse en Atotonilco el Alto durante dos meses; posteriormente se dirigió a la Ciudad de México donde permaneció desde el 9 de junio de 1927. Dos largos años y un mes se prolongó el destierro, lejos de sus hijos queridos y añorados feligreses. Separación obligada y dolorosa de su Parroquia que ciertamente contó con la debida autorización de sus superiores, como puede constatarse en el siguiente documento.

Al margen: 129/27 y un sello que dice: Gobierno Eclesiástico del Arzobispado de Guadalajara. –Dentro- D.D. Francisco Orozco y Jiménez, por la gracia de Dios y de la Santa Sede, Arzobispado de Guadalajara.
“A ti, amado hijo nuestro en Cristo, José Inés Morales, Presbítero domiciliario nuestro: Por las presentes letras te concedemos licencia para que te ausentes de nuestra Diócesis y puedas dirigirte a cualquier ciudad en razón de la presente situación. Atestiguando que eres un sacerdote de buenas costumbres y que al irte no eres sujeto de censura o impedimento Canónico a fin de que los Excelentísimos Ordinarios de los lugares a donde arribes, te permitan presidir la Santa Misa, oír en la confesión a hombres y mujeres y celebrar los demás oficios divinos.
Doy fe que será durante el tiempo que perdure el estado actual de la Iglesia.
Dado en Guadalajara el 4 de noviembre del año del Señor 1927.”

En junio de 1929, la Iglesia y el Estado firmaron las pases y el 6 de julio reiniciaron los cultos, abriéndose la parroquia al culto publico el 1 de septiembre de 1929.
El 2 de octubre de 1929, se concede a los párrocos y demás sacerdotes enviar los datos que el Gobierno del Estado pide.
El 6 de octubre de 1929 el Sr. Cura don José Inés Morales fue inscrito en el registro municipal.
El 31 de octubre de 1931, por solicitud del diputado Arias, en el Estado de Jalisco se reduce a un sacerdote por parroquia. El 22 de junio de 1932 dejaron de Oficiar el Presbítero don Juan Casillas Zaragoza y el Presbítero don Salvador Rodríguez Vélez.
Como no era suficiente el recinto del templo parroquial de este lugar para contener los fieles en los actos religiosos se comenzó en 1938 la ampliación de dicho templo; constando la nueva obra de cúpula, bóveda del altar mayor, dos cruceros, dos capillas laterales al altar mayor y una sacristía, guardándose del templo antiguo cuatro bóvedas y quitándose las pilastras defectuosas para poner nuevas.
Fuente: sitio web oficial de Capilla de Guadalupe

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