Las Alteñitas

Por Juan Flores García

Muy poca gente quedamos de la que, en nuestros tiempos mozos cuando había lugar para el romanticismo, disfrutamos conquistando a la mujer con canciones románticas, que tanto abundan y que tuvieron también su época de oro. En la actualidad, la juventud ha reconocido el valor de estas canciones, tanto que ya sus conjuntos las tocan. Hubo compositores que a todo y a cualquier cosa le dedicaban una canción, a la luna, al sol. Al aire, al frío, a los pájaros, a los caballos, al gallo, a las flores, a la madre y a la mujer en general. Aquellas canciones hoy son clásicos de la música popular, fruto de la inspiración de autores como Guty Cárdenas, Ricardo Palmerín, Manuel M. Ponce, Agustín Lara y tantos otros más.

Recordamos una canción de Roberto Cantoral "El Reloj", éxito de Los Tres Caballeros, su letra dice: Reloj, no marques las horas/ porque voy a enloquecer/ etcétera, o esta otra "Novia Mía" cuyo autor es J. Antonio Méndez, éxito de Los Tres Ases que dice: Novia, desde el primer y fiel abrazo/ se hundió por siempre en el ocaso/ mi negra y cruel melancolía. Fijémonos como en la palabra había la buena intención, las estaciones de radio se parecían por darnos gusto tocándolas.
Ya por el año de 1928 había por radio y en vivo aquella tan apreciada demanda de esta música. Bueno, hasta la poesía era muy apreciada y aunque estamos hablando de música y canciones, bien pueden ocupar un espacio estas antiguas rimas de la poesía romántica, en la pluma del español Gustavo Adolfo Bécquer, que decían: No digas que agotado su tesoro/ de asuntos falta, enmudeció la lira;/ podrá no haber poetas/ pero siempre habrá poesía./ Mientras las ondas de la luz al beso,/ palpiten encendidas/ mientras el sol las desgarradas nubes, de fuego y oro vista;/ mientras el aire en su regazo lleve, perfume y armonía,/ mientras haya en el mundo primavera, ¡Habrá poesía!/ mientras la ciencia descubrir no alcance, las fuentes de la vida/ y en el mar haya un abismo que el cálculo resista:/ mientras la humanidad avanzando no sepa donde caminar/ mientras haya un misterio para el hombre,/ ¡Habrá poesía!/ mientras exista una mujer hermosa, ¡Habrá poesía!.

Por eso, el doctor Juan José Espinosa, dedicó la preciosa polka Las Alteñitas a las hermosas mujeres de Tepa. Pero ¿Quién fue el Dr. Juan José Espinosa? Nació en Guadalajara el 30 de noviembre de 1890 y estudió odontología en la Universidad de Guadalajara, profesión que ejerció toda su vida. ¿Por qué fue el autor de esta canción? El doctor Espinosa no conocía Tepatitlán. Allá por el año de 1936 era amigo de Ignacio Cañedo (padre del actor Roberto Cañedo), quien en su casa tenía un piano en el oratorio y ahí se encontraba otro amigo de don Juan José, Refugio González “El Aceitero”, que por ese tiempo era el Presidente del Círculo Social Alteño, quien le dijo que por qué no le dedicaba una canción a su tierra (Tepa) a lo que don Juan José le contestó que algún día lo haría y así lo hizo, un buen día se sentó al piano en el oratorio, en donde había la imagen de la Inmaculada, candelabros, angelitos, velas, flores y cosas que le inspiraron la polka, por eso dice: Eso le pasa a mi chaparrita, que cuando va al templo a rezar/ todos le llaman la virgencita/ la de los labios de coral/... Como dijimos no conocía Tepatitlán, solo por las referencias de las características, el color de los moradores y más el de las mujeres, por eso sigue: Cuan blancas y bonitas sin pintar están/ las lindas alteñitas de Tepatitlán/... y por no conocer a Tepa, con el deseo natural le inspira: Vamos a Tepa, tierra soñada/ donde la vida es un primor...

Recordemos que apenas fue grabada la canción, Jorge Negrete se interesó por cantarla en la película Así se quiere en Jalisco y la dedicó a su prometida (en la película) que es María Elena Marqués, cuando va al paso con el cántaro al hombro a traer agua, como era costumbre en los ranchos y poblados.

El doctor Juan José Espinosa, recibió varios homenajes en Tepa, y dejó grabadas más de cien canciones. Esta de Las Alteñitas ha sido cantada en muchos países del mundo y con las mejores orquestas. Qué lástima que la única cuadra que se le dedicó a su nombre, no sea conocida, es la cuadra frente a la Plaza de Armas, entre Esparza e Hidalgo, o sea desde donde está el restaurante La Chiquita hasta el Restaurante Palacio, que es ahora el hotel Palacio y Restaurante el Campanario y en donde por tantos años estuvieron también junto a este edificio las oficinas de Camiones de los Altos, que se llamaba Santos Romo, y así la seguimos nombrando porque no nos hemos acostumbrado en más de 20 años a llamarla por su nombre, doctor Juan José Espinosa.

Falleció este enamorado de Tepa, el 31 de marzo de 1974 en Guadalajara, pobre y olvidado sobre todo en Tepa, después de haberle dedicado tan romántica canción a nuestras mujeres, las bellas Alteñitas de Tepatitlán. Y por eso decimos que así fue Tepa en el tiempo.

Publicar un comentario

0 Comentarios