Navidad: Fiesta de amor

Por el padre Miguel Ángel
padremiguelangel@yahoo.com.mx

Hace varios años en un pueblo iban a hacer la representación del nacimiento de Jesús. Todos estaban muy entusiasmados, querían que la obra fuera un éxito.

Los niños la iban a representar, pero entre ellos había un niño con problemas; quién sabe por qué causa, era más lento para aprender que los demás. Él quería estar en la obra y a la maestra le dio ternura verlo con tanta emoción, que le dio un papel pequeño: el del posadero, que rechazaba a la Virgen y a José porque la posada estaba llena.

El día de la obra, el teatro estaba a reventar, hasta había gente de pie. Y cuando llegaron a la parte en la que llegan José y María a la posada, donde este niño con problemas tenía que hablar, pasó algo inesperado.

José tocó la puerta y salió el posadero, y cuando ya los iba a rechazar, al ver a la joven pareja, y sobre todo a la mujer embarazada de quien iba a ser nuestra salvación, al niño se le llenaron los ojos de lágrimas y les dijo:

-“Pasen, pasen, la señora puede dormir en mi cama, que yo dormiré en el suelo”.

Hubo un silencio intenso en la sala y a mucha gente se le salieron las lágrimas. La obra fue un éxito, a pesar de que no fue fiel representación de lo que realmente pasó en esa noche de Navidad; pero sentimos que algo había cambiado en nuestras vidas, pues ese niño nos enseñó una lección de amor. En su inocencia, nos enseñó que debemos amar y ayudar a otros, no importa quienes sean, porque somos hijos de Dios y estamos aquí para hacer el bien, sin pedir nada a cambio.

La Navidad es, ante todo, una fiesta de amor, porque es el día en el que celebramos el “Cumpleaños de Jesús”, puesto que recordamos su venida al mundo: Esta es, no otra, la esencia de esta fiesta: Jesús, en un acto de amor, se hace uno, como nosotros y entre nosotros. Dios mismo se encarna, asume nuestra realidad para redimirnos del pecado. Y lo hace precisamente porque nos ama, y por ello se convierte en una fiesta de amor y de esperanza.

Por eso:
Si tienes tristeza, alégrate.
La Navidad es gozo.
Si tienes enemigos, reconcíliate.
La Navidad es paz.
Si tienes amigos, búscalos.
La Navidad es encuentro.
Si tienes pobres a tu lado, ayúdalos.
La Navidad es un don.
Si tienes soberbia, sepúltala.
La Navidad es humildad.
Si tienes deudas, págalas.
La Navidad es justicia.
Si tienes pecados, arrepiéntete.
La Navidad es gracia.
Si tienes tinieblas, disípalas.
La Navidad es luz.
Si tienes errores, reflexiona.
La Navidad es verdad.
Si tienes odio, destrúyelo.
La Navidad es amor.
Si tienes bienes, distribúyelos.
La Navidad es donación.
Si tienes alegría, comunícala.
La Navidad es servicio.
Si tienes fe, difúndela.
La Navidad es misión.

Jesucristo, en esta Navidad te dice:
Si supieras cuánto hace que golpeo las puertas de tu corazón, y no recibo respuesta.
A veces también me duele que me ignores y me condenes como Pilatos; otras, que me niegues como Pedro, y que otras tantas me traiciones como Judas.

Y hoy, te pido paciencia para tus padres, amor para tu pareja, responsabilidad para con tus hijos, tolerancia para los ancianos, comprensión y servicio para todos tus hermanos y el que sufre.
Quisiera no volver a verte egoísta, orgulloso, rebelde, disconforme y pesimista.

Desearía que tu vida fuera alegre, siempre joven y llena de paz.

Cada vez que lo necesites, búscame y me encontrarás. Cada vez que te sientas cansado, háblame…, cuéntame. Cada vez que creas que no sirves para nada, no te deprimas, no te creas poca cosa, no olvides que yo necesité de un asno para entrar en Jerusalén, y necesito de tu pequeñez para entrar en el alma de tu prójimo.

Cada vez que te sientas solo en el camino, no olvides que estoy contigo.

No te canses de pedirme que yo no me cansaré de darte. No te canses de seguirme, que yo no me cansaré de acompañarte.

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