Doctrina social de la Iglesia

Por Arq. Sergio Antonio Figueroa Garnica
sergiof34@hotmail.com


“Cuando creas que Dios no te escucha, no grites tanto, escúchale dentro”
Anónimo.


Transformar la realidad social con la fuerza del Evangelio de Cristo, ha sido siempre un desafío. La vida personal y social, así como el actuar humano en el mundo están siempre acechados por el pecado. Y vaya que somos pecadores sociales.

¿Cómo es posible que en nuestros días haya todavía quien muera por hambre o por desnutrición? ¿Cómo es posible que haya gente presa y condenada en el analfabetismo?, ¿Cómo es posible que haya gente que carece de la asistencia médica más elemental?, ¿cómo hay quien no tiene un techo para cobijarse?, Dios decidió enviar a su hijo a nacer y vivir con los pobres. Esto, amigos, no es una casualidad, Dios no se equivoca y la esencia es fomentar el amor entre los hombres. Humildad divina.

En la Biblia el derecho del pobre dice: Si hay junto a ti algún pobre de entre tus hermanos… no endurecerás tu corazón ni cerraras tu mano a tu hermano pobre, sino que le abrirás tu mano y le prestarás lo que necesite para remediar su indigencia. Está escrito en el Deuteronomio 15,7-8. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, dicta la segunda encomienda en la Ley de Dios.

Los nuevos pecados nos afectan a todos, dejando expuestos a personas y pueblos a la desesperación, a la insidia de las drogas, al mortal alcoholismo, a la depresión, pérdida del sentido de la vida, al abandono de la vejez, a la marginación y la discriminación social. ¿Podemos quedarnos viendo el desequilibrio ecológico que hacen inhabitables y contaminadas zonas para vivir de nuestro planeta? Si no cuidamos donde vivimos menos cuidamos a nuestro cuerpo como templo sagrado.

Todos lo sabemos, sin embargo nos vale, somos envidiosos y apáticos. Muy católicos muy católicos pero hay tanta injusticia que ya nos acostumbramos a vivir en ella, a convivir entre tanta maldad y pasividad que ya es normal vivir así.

El cristiano sabe que en la doctrina social de la Iglesia encuentra los principios de reflexión, los criterios de juicio y los rumbos de acción como base para promover un humanismo integral y solidario. Difundir esta doctrina social constituye, por lo tanto, una verdadera prioridad pastoral, Dios decidió enviar a su hijo a nacer y vivir con los pobres y esto amigos no es una casualidad, Dios no se equivoca y la idea es fomentar el amor entre la humanidad. Ayudar los unos a los otros.

La transformación del mundo se presenta como una instancia fundamental. Los signos de los tiempos reclaman y exigen respuestas, indicando ante todo en el amor recíproco entre los hombres y mujeres, bajo la mirada de Dios, por ello que la doctrina social de la Iglesia quiere ofrecer las soluciones mediante la participación de sus miembros.

Con su enseñanza social, la Iglesia quiere anunciar y actualizar el Evangelio en la compleja red de las relaciones sociales, se trata de fecundar y fermentar la sociedad misma con el Evangelio, cuidar del Hombre y la Mujer significa velar también por la familia y la sociedad, su solicitud misionera y salvadora. Es una enseñanza dirigida a los personas de buena voluntad.

Aquí entra el señor cura José Guadalupe Muñoz Porras, coordinador de la Pastoral Social, coordinador de Afat, consejero en el Banco Diocesano de Alimentos de los Altos y párroco de San Francisco de Asís. Persona comprometida.

Es el profesor para enseñar el compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, aquí en Tepatitlán, los viernes en la noche, en las oficinas de la asociación de Anacleto González Flores donde expone magistralmente los temas relacionados con la sociedad alteña y habla un idioma claro al decir las cosas por su nombre, con detalles en su explicación ante un grupo de personas civiles o laicos que desean conocer en su entorno la problemática social. Mucho hay que aprenderle.

Se sorprendería amigo lector de los temas tan sencillos que se ven desde la óptica de la Doctrina Social de la Iglesia con problemáticas tan comunes, le doy un ejemplo: para formar un sacerdote se requieren 18 años de preparación o más, pero para casarse un hombre y una mujer nomás necesitan que se les caliente la hormona, se entusiasmen y se metan en broncas.

La gran mayoría de los matrimonios no tuvo preparación para la gran responsabilidad de formar una familia. Problemas vendrán, divorcios llegarán, vidas dobles y ocultas ante la situación, machismo y libertinaje, frustraciones aflorarán.

Vamos a la difusión de lo positivo, del gran potencial que tenemos que aquí; hay un Instituto de Biblia en la Casa del Señor de la Misericordia allá por el río Tepatitlán comandado por el siempre brillante padre José de Jesús Fuentes, que tipazo, como sabe tantas cosas, la preparación de éste hombre es impresionante, otro es el señor cura Jaime Gutiérrez igualmente preparado para dar las mejores enseñanzas y lo mejor de ambos es su calidad humana aparte todo un equipo de catequistas muy preparados entre ellos la madre Chuyita Gutiérrez, Martha Guadalupe Sánchez y otros más pero que no me han tocado estar en su clase pues apenas voy en el primer semestre. Este tiempo es el año Paulino.

La Doctrina Social implica también responsabilidades relativas a la construcción, la organización y el funcionamiento de la sociedad: obligaciones económicas, administrativas, políticas, es decir de naturaleza secular, que pertenecen a los fieles laicos, no a los sacerdotes ni a los religiosos. Si un pueblo no quiere salir de su atraso, ni Dios lo podrá ayudar, o algo queda claro que las mujeres que en mayor cantidad de población (más del 50%) en nuestro país sacarán adelante a México.

Publicar un comentario

1 Comentarios

  1. bien arq. Figueroa me gusta mucho como escribe, lo felicito por este y todos sus comentarios

    ResponderBorrar