Labor de sacerdotes prominentes

Agentes transformadores de la historia de Jalpa

Por Oscar Maldonado Villalpando

Recientemente la Iglesia Latinoamericana da su mensaje en Aparecida sobre los sacerdotes:
No. 191.- Valoramos y agradecemos con gozo que la inmensa mayoría de los presbíteros vivan su ministerio con fidelidad y sean modelos para los demás, que saquen tiempo para su formación permanente, que cultiven una vida espiritual que estimula a los demás presbíteros, centrada en la escucha de la Palabra de Dios y en la celebración diaria de la Eucaristía: “¡Mi misa es mi vida y mi vida es una misa prolongada!” Agradecemos también a aquellos que han sido enviados a otras iglesias motivados por un auténtico sentido misionero.

Tres grandes benefactores

En la encrucijada la Revolución y de La Cristera, dos décadas, estaba en el aire el destino de Jalpa. En este nudo histórico, las dos realidades fundamentales de Jalpa estaban en juego: La tenencia de la tierra y la vida religiosa. ¡El destino de Jalpa sería hondamente afectado! La Reforma Agraria sentenciaría un cambio total a cuatro siglos de historia. Si Jalpa tuvo su cenit en el siglo XX eso sería seguido, casi inmediatamente, por el ocaso.
En la primera década los Braniff, los hijos de don Abraham el europeo, son personajes muy poderosos en el gobierno de don Porfirio, especialmente Oscar, don Porfirio fue su padrino, esposo de la dueña de Jalpa, se le concede luz eléctrica, ramal del ferrocarril. Durante la revolución los señores son importantes agentes. Se afirma que las huellas de fusilería sobre los muros de la hacienda, no son solamente cristeros, fue una acometida o llamada de atención de un sector revolucionario, del General Pascual Orozco en 1914. Los Braniff siguen en la cúpula gubernamental, el mismo Oscar es parte del grupo que gestiona negociación para el cese de La Cristera. Después del año 30 se hacen viajes directos en avioneta de México a Jalpa. Pero Jalpa, nunca más sería la misma, una etapa estaba terminando, pero otra, la del futuro, así fuera tan austera y dolorosa, estaba comenzando.
En torno a este nudo, sobresalen tres personajes claves que supieron cumplir una misión fundamental en Jalpa. Estaban hechos para este momento, eran dignos de tal empresa, hicieron lo que se necesitaba y bien. Los tres con un carácter, con un espíritu y con una voluntad formidable.

El padre Pedro González

Por deposición del Señor Arzobispo Francisco Orozco y Jiménez llega a Jalpa, el 15 de marzo de 1920, el Padre Pedro González, un sacerdote con un espíritu transformador, inflamado con la doctrina social de la Iglesia. Contagió de entusiasmo a las personas de la comunidad, creó agrupaciones tan importantes como: Sociedad Mutualista de Señoras, San Vicente de Paúl. Sindicato Agrícola Jalpense, Grupo musical La Típica y la A.C. J. M., grupo, que posteriormente, sería la base del Regimiento Cristero que con tanta dignidad representó esta región.
Ante la perplejidad, la duda del estruendo revolucionario, es un clarín que une esfuerzos, es, sin temor a exagerar, un verdadero volcán… expresión auténtica del movimiento social de La Iglesia en ese momento. Dispara tantas actividades con el pueblo cristiano, primero en lo religioso, el culto, las asociaciones, los movimientos. Funda cooperativas, sindicatos, academias de corte, música y canto. Todavía las gentes grandes, hace algunos años siempre hacían buenas ausencias del Padre Pedro González.

Manos de Ángel; la primera pintura

El Padre Pedro González en 1923 contrató al pintor y decorador don Rosendo Jiménez, le pagaba a $4.50 el metro cuadrado. Fidencio Rojas fue el ayudante de don Rosendo en la decoración del templo desde 1922 a 1926. El mismo sacerdote trajo el mosaico para el piso desde la ciudad de Guadalajara. El vidrio para los ventanales lo trae de Monterrey y mandó hacer las puertas a don Ramón Pérez e hijos en la ciudad de León.
El padre trabaja intensamente para terminar el templo, pero siendo tantos los detalles, algunos quedaron sin terminar. Lo más delicado es que no hay dinero, pero él no detiene el trabajo, contrae enormes deudas, que dejará sin saldar hasta por 20 años, luego, afrontará la situación el señor Cura Casas.
El esfuerzo del Padre Pedro González había sido colosal y lleno de premura. Se desata la Cristera en la región, se suspenden los cultos el día último de julio de 1926. El Padre Pedro se pone a la cabeza del grupo de alzados de Jalpa.
El Padre Pedro, como se ha dicho, había trabajado intensamente con los jóvenes, así que en el momento señalado se levantaron a una sola voz para irse a la lucha, por la más bella de las libertades, la de conciencia. Encabezaba el grupo Víctor López Díaz, que figuró entre los cuatro hombres fuertes con quienes contaba el General don Miguel Hernández: Victoriano, El Catorce por San Miguel, Don Toribio Valadez por San Diego y Víctor por Jalpa. El Escuadrón de Jalpa, junto con todo el Regimiento de San Julián, desempeñó una gran labor en la Cristera, se puede calificar como de las más organizadas y coherentes, así como realmente efectiva.
Decíamos, ¿cuál fue el final del Padre Pedro González?
Inició en Jalpa el movimiento cristero, a los cuatro meses fue mandado a Estados Unidos para conseguir pertrechos para La Cristera. Don Cecilio Valtierra, que no tomó las armas, mas sí colaboró muy estrechamente con la organización civil, teniendo un trato personal con el Gobernador de Jalisco, don Miguel Gómez Loza, también recibía instrucciones del Padre Pedro. Cecilio pues rezaba en el templo recién estrenado, ayudaba a administrar los sacramentos. Don Cecilio dejó abundantes escritos de ese tiempo y especialmente sobre el P. Pedro González. El rescató esta información.
Al terminar el conflicto, el Padre regresó y fue destinado al mineral El Amparo, muy cerca de Etzatlán. De allá sostenía comunicación con Jalpa. En Jalpa empezaba a trabajar el Padre Salvador Casas.
Andrea González (hermana) así narra el final de la vida del Padre, muy prematuro e inmediato a la cristera.
El día 16 de agosto de 1932 salió del lugar de su ministerio hacia Guadalajara a cumplir algunas obligaciones eclesiásticas. El día 17, muy temprano, fue al Santuario de la Virgen de Guadalupe. Después pasó a la casa de unos parientes y tomó el desayuno. Durante el desayuno sintió un fuerte dolor en el pecho, pero resistió y no lo dio a saber a nadie. Tomó el camino hacia la catedral para arreglar sus asuntos pendientes, ya se acercaba al templo de La Merced cuando le atacó el dolor con más fuerza que la primera y no tuvo más recurso que meterse a la capillita penitencial donde se recuperó un poco para continuar a la Catedral a donde llegó con gran esfuerzo. Allí saludó a varios sacerdotes, entre ellos al gran poeta y predicador don Amando Juventino de Alba, y mientras conversaban le dio el dolor fulminante, los sacerdotes viendo la gravedad llamaron a un médico y lo auxiliaron espiritualmente. Sufrió, según el médico, una trombosis cardio-auricular muy aguda. Fue velado en la misma casa de sus familiares, donde había desayunado, y sepultado el día 18 de agosto de 1932, en el panteón civil de Guadalajara.
Así terminó la vida de este gran sacerdote benefactor de Jalpa y concretamente del templo en cuestión. La obra de remodelación que se ha realizando, confirma aquellos esfuerzos de hace casi un siglo. Que la belleza, que el arte estén al servicio de los valores espirituales, que el templo inspire y aspire al encuentro pleno con el Señor, fuente y plenitud de toda belleza.

Publicar un comentario

0 Comentarios