+ Le hicieron los mandados a Memo Pérez
+ Y eso que allá inventaron el Tae kwon do
Por Fabiola González Ontiveros
¡Me la cumplieron! De verdad pensé que no lo iban a lograr, ya veía los juegos olímpicos por el puro gusto de echarme las disciplinas, pero sin ninguna esperanza de medalla para los nuestros. Claro, esperaba una buena presentación de Paola Espinosa y Tatiana Ortiz, pero a deportes como al Tae kwon do ni los pelo, quién sabe... eso de los madrazos nunca me ha gustado mucho, pero al menos me parece más decente que el box.
A pesar de que no es un deporte que me fascine, estoy pendiente de los mexicanos, así que cuando supe que había pasado a la final y que ya por peor que nos fuera nos iba a tocar la plata, y que si de pura chiripada ganaba le daban el oro… me sorprendió mucho, me dio más gusto que sorpresa, supe que la pelea iba a ser a las 7:15 de la mañana y me dio coraje, con eso de que ya regresamos a la escuela…
Eso de la escuela es otro desmadre… cuando todos los comentarios de mis compañeros se enfocaban a que ya querían regresar, que porque se aburrían en sus casas o por el simple hecho de entrar y ver gente otra vez, yo no… creo que era la única que no quería regresar, me molestaba la idea de tener que despertar otra vez temprano, me gusta ver gente pero no me ilusionan mucho las clases, y hablo por todos, que no me digan que no, si les gusta la escuela es por los amigos, no porque les guste mucho estar sentados ahí escuchando lo que dicen, aunque bueno… este semestre me han tocado puros maestros chidos, así que no me quejo, y aunque aún me cuesta levantarme a las 6 de la mañana ya no se me hacen tan pesadas las clases, ahora que estoy en 5° semestre todos los de mi grado sentimos que ya es el último tirón, y nos damos cuenta de que el tiempo se nos está pasando más rápido de lo que pensamos.
Bueno, pero el caso es que no me quería ir a la primera clase porque quería ver la competencia de Guillermo Pérez, no soy para nada deportista, pero las competencias internacionales me emocionan, por eso los juegos olímpicos me gustan tanto, y ya hasta los mundiales me los echo sin problema, aunque igual no le hallo el chiste al futbol.
Resulta que no me dejaron faltar a la primera clase, de hecho mi mamá ni me hizo caso, sólo me vio y me tiró a loca, así que me tuve que ir a la clase que es "mi fuerte" que es la de física, y me aguanté hasta la hora de la comida para ver la repetición, aunque primero me avisaron que había ganado oro y entonces más quise verlo, pues me eché la lloradera de Rosique por TV Azteca y me sentí plena al escuchar el Himno Nacional…
Es raro, normalmente no le damos importancia a esas cosas. De pequeña en la primaria cuando todos los lunes tenía que cantar el Himno Nacional y hacer el juramento a la bandera, lo hacía como una máquina que estaba programada para hacerlo, porque decían que me lo tenía que aprender, pero no se siente lo mismo escucharlo cada lunes en la primaria que escucharlo en un país al otro lado del mundo, y que lo pongan como un honor a lo que representas me puedo imaginar todo lo que sintió Guillermo, le pudo decir ¡lero lero! a los países orientales de donde se supone que salió el Tae Kwon Do, les ganó incluso a ellos, pero en México todo el mundo le entra a los trancazos sin problema, aunque no sea por deporte.
Me encantó la medalla, y desde que empezaron los juegos estuve preguntando cuándo rayos iba a participar en los clavados Paola Espinosa, ya que se suponía que ella era la fuerte, a la que todo México le apostaba, la que recibía toda la atención y todo el apoyo, a esa sí que no le faltó apoyo, la promocionaron por todos lados como la gran esperanza de nuestro país.
Pues bien, pasaron a la final ella y Tatiana en muy buenas posiciones, Paola en segundo y Tatiana en quinto, la competencia sería a las 7:30 de la mañana, y no me la quería perder por nada, pero resulta que sí me la perdí por una clase de literatura que después de todo me gustó mucho, y a las 8:34 de la mañana como que medio escuché mi celular, hice como pude para leer el mensaje de texto que me había enviado mi mamá sin que mi profesor se diera cuenta, y sólo fue para recibir malas noticias, el mensaje decía: “Cuarto y quinto lugar, no hubo medalla en los clavados”.
Mmm... se suponía que ellas eran las meras máximas ¡y nada! pues qué chafa, buenas sí son, pero ya ni quiero ver la repetición… ¿para qué? si no ganamos nada, se la volvió a llevar una china mugrosa -y lo de mugrosa va por cuenta de mi envidia-, y ni cómo discutirle nada, porque la muy méndiga lo hace muy bien.
Como quien dice ya se nos acabaron las olimpiadas y nos quedamos a la mitad de las 4 medallas ganadas en Atenas 2004, aunque a ver si alguno de los que quedan nos hace el milagrito y se trae otra por ahí de alguna disciplina que falte, quien quita y la arman, no pensamos que Guillermo Pérez se fuera a colgar una de oro en el cuello y se la trajo, así que la esperanza muere al último, mientras mis compañeros y yo tendremos que seguir con la escuela, batallándole otra vez para poder salir de la prepa en esta competencia que nos dura tres años y en la que nosotros ya estamos casi casi en la final.
Y a ver con qué medallas salimos, si es que salimos… porque para algunos que son medio flojos en eso de la estudiada, eso todavía está por verse.
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