Por Alejandro González Ontiveros
¿Qué pasará con nuestro México? ¿Estamos tocando fondo o todavía falta mucho más? Da escalofrío pensar hasta dónde llegaremos con estos narcos que traen asolado a todo un país.
No dudo que el gobierno tiene la intención de erradicar la mafia y casi estoy seguro que son menos los traidores que los que verdaderamente luchan por la seguridad; sin embargo el poder y el dinero siempre consiguen corromper a alguien, ya sea un policía, soldado, comandante, ministerial, gobernador, AFI, alto mando, etcétera…
Aquí es donde un servidor piensa que está pasando una de dos cosas: una es que lo peor ya lo estamos viviendo o quizá falte un poco más pero la luz al final del túnel en cualquier momento aparecerá tras las múltiples detenciones y desmembramientos de bandas y organizaciones de secuestradores, narcos, sicarios y otras alimañas.
La otra cosa que se viene a la mente es que ocurra algo similar a lo de Colombia, donde de plano el narco llegó a tener un poder paralelo al gobierno (recuerdo en los 80’s que un capo colombiano llegó a ofrecerle al presidente de aquel entonces pagar la deuda externa de aquel país). El crimen organizado de allá hizo lo indecible y todavía se sufren las consecuencias, como por ejemplo, las minas antipersonales que todavía siguen explotando y dañando vidas cuando menos se espera y la industria del plagio que aún no se extingue.
Sin embargo los mismos presidentes de aquel país sudamericano a base de mucho esfuerzo y cooperación de Estados Unidos poco a poco han cercado a los mafiosos y cada vez los dejan con menos poder aunque todavía tienen como para hacer sufrir a la población.
Entonces, me da mucho gusto cada vez que sale en las noticias que detuvieron o mataron a algún desalmado del crimen organizado. Tengo fe de que algún día México recuperará la relativa tranquilidad que alguna vez tuvo.
Que está cabrón, la verdad sí; que se debería aceptar la ayuda de los gringos, también. El país no puede solo, aunque no nos guste necesitamos apoyo externo, digan lo que digan aquellos que nunca faltan que la soberanía mexicana, que “fuera gringos”… A callar, si no ayudan dejen que otros sí lo hagan.
No tiene nada de malo. ¿Qué ganamos si seguimos igual?
Esta batalla contra el narco tiene varios frentes, así que no hay pretexto para no luchar en alguno de ellos. Está el frente legal donde se puede pugnar por leyes más severas contra quienes participen en actividades delictivas de este tipo y relacionadas, que se apruebe la pena de muerte, las cárceles están llenas y los delincuentes siguen haciendo de las suyas dentro y fuera de ellas.
Otro frente es el apoyo y aceptación de los pocos o muchos aciertos que tenga la autoridad. No hay que ver el vaso medio vacío y mejor sería cooperar: denunciar cualquier ilícito y señalar si no hace nada al respecto; acatar la ley y si es necesario otro tipo de medidas pues no hay que hacerla de tos, que estamos casi en estado de guerra. No es exageración, acá en Los Altos estamos medio tranquilos pero a nadie le gustaría vivir en Chihuahua, Sinaloa o Michoacán.
El frente más importante es el de acabar con el negocio de los narcotraficantes. No consumir drogas o no convertirse en mini distribuidor. Si no será cosa de nunca acabar.
Así que hay maneras de unirse a esta lucha y no quedarse con los brazos cruzados. Y si alguien no le interesa, no quiere o le da miedo pues que se haga a un lado; ya bastante ayudaría si por lo menos no se pone a criticar o decir que hay que tener consideraciones con los secuestradores y sicarios (como si ellos las tuvieran con sus víctimas) o que está mal si se acepta la ayuda de los “pinches gringos”.
Y los dizque defensores de los derechos humanos, políticos siniestros e intelectualoides fatuos, que ya se callen; siempre están contra la cordura y la razón. Mejor dejen a los que sí quieren un México más seguro (entre los que me incluyo). Que se vayan al averno… Empezando por un doctor que hay aquí en Tepa, que dice que le robaron un centro médico.
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